Desde que el mundo se vio impactado por la pandemia de COVID-19, entes gubernamentales de todo el mundo a la par de autoridades sanitarias se han encargado de hacer pública la información disponible sobre los síntomas del virus. De esta manera, se busca ayudar a la población a identificar el virus fácilmente.
Sin embargo, la preparación ha demostrado no ser suficiente ya que el virus ha evolucionado, y con esta nueva cepa, se han presentado nuevos síntomas. En el caso particular de Australia, por ejemplo, se han recopilado datos de las personas infectadas con la variante Delta, y sus síntomas difieren mucho de los que asociábamos con el COVID al principio de la pandemia.
Cada individuo es diferente de los demás
Los humanos somos seres dinámicos, y nuestros cuerpos son particulares de cada uno. Con estas diferencias, también vienen sistemas inmunitarios particulares ¿Qué quiere decir esto? que un mismo virus puede producir diferentes signos y síntomas de diferentes maneras.
Un signo es algo que se ve, como una erupción. Un síntoma es algo que se siente, como el dolor de garganta. La forma en que un virus afecta a una persona, depende de dos factores clave:
- Por un lado, los factores virales que incluyen elementos como la velocidad de replicación, los modos de transmisión, etc. Estos cambian a medida que el virus evoluciona.
- Por otro lado, están los factores del huésped que son específicos de cada individuo. Entre estos vale mencionar la edad, el sexo, los medicamentos, la dieta, el ejercicio, la salud y el estrés pueden afectar a los factores del huésped.
Es importante tener en cuenta que estos datos no siempre son fáciles de recopilar o analizar para garantizar objetividad. Es decir, los síntomas de las personas mayores pueden ser diferentes a los de los jóvenes. Además la recolección de datos de los pacientes en un hospital puede ser diferente a la de los pacientes en una clínica de cabecera.
Entonces, ¿cuáles son los signos y síntomas comunes de la variante Delta?
Para determinar qué síntomas son más comunes, se ha utilizado un sistema de autoinforme a través de una aplicación móvil en el Reino Unido. Si bien, estos informes no tienen definido con qué variante del virus han sido contagiados los participantes, se toma en cuenta que la variante Delta es la predominante en la zona.

La fiebre y la tos son dos de los síntomas comunes de COVID, mientras que el dolor de garganta o cabeza, se presentaba solo en algunas personas. Por otro lado, la secreción o goteo nasal fue muy poco reportada anteriormente y ahora ha reemplazado a la pérdida de olfato que ha ido a ocupar el noveno lugar en la lista de síntomas comunes.
Hay algunas razones podrían explicar porque los síntomas evolucionan de esta manera. Puede deberse a que los datos procedían en un principio principalmente de pacientes que acudían al hospital y que, por lo tanto, era probable que estuvieran más enfermos. Además, dado que las tasas de cobertura de vacunación son más altas en los grupos de mayor edad, los jóvenes representan ahora una mayor proporción de casos de COVID, y tienden a experimentar síntomas más leves.
También podría deberse a la evolución del virus, y a las diferentes características de la variante Delta. Sin embargo, aún no se sabe con exactitud por qué cambian los síntomas.
Si bien aún queda un largo camino para comprender a totalidad la variante Delta, estos datos emergentes son importantes ya que muestran que casos que anteriormente podrían haber sido considerados un simple resfriado, podrían ser casos de COVID-19.
No se debe olvidar que estos resultados aún no han sido completamente analizados ni estratificados, es decir, no se han tenido en cuenta los “factores del huésped. Además como ocurre con todos los datos autodeclarados, siempre existe un margen de error en los resultados.
¿Afecta la vacunación a los síntomas?
Aunque las nuevas variantes pueden comprometer la eficacia de las vacunas, en el caso de Delta, las vacunas disponibles en Australia (Pfizer y AstraZeneca) parecen seguir ofreciendo una buena protección contra el COVID-19 sintomático tras dos dosis.
Sin embargo, es importante entender que el entorno también está cambiando y se ha reportado que aquellas personas ya vacunadas tienen mayor predisposición a morir frente a esta variante.
De toda la información recolectada, los científicos están cada vez más seguros de que la variante Delta representa una cepa de SARS-CoV-2 más transmisible.