Brandon Goodwin, jugador de la NBA de los Atlanta Hawks, admitió recientemente que la vacuna COVID le provocó coágulos de sangre que pusieron fin a su temporada y posiblemente a su carrera. Por si su desgracia no fuera suficiente, Goodwin dijo que la NBA le dijo que lo mantuviera en secreto.
Brandon Goodwin contó su historia:
“Enfermé y nunca me recuperé del todo. Siempre me dolía la espalda. Estaba súper cansado en los partidos. Estaba muy cansado. Sentía que no podía correr arriba y abajo de la cancha. Me dolía la espalda. Me empezó a doler mucho la espalda. Entonces, me dije: ‘Vale, tengo que ir al médico’. Fue entonces cuando descubrí que tenía coágulos de sangre. Todo eso en el lapso de un mes”.
Goodwin está seguro de que fue por la vacuna COVID,
“Estaba bien hasta entonces. Estaba bien hasta que me vacuné, estaba bien. La gente intenta decirte: ‘No, no es la vacuna’. ¿Cómo lo sabes? No lo sabes. Sí, la vacuna acabó con mi temporada. Al mil por ciento”.
Su historia está siendo ocultada por la NBA y los medios de noticias falsas. Prefieren mentir al público estadounidense y ver cómo se arruina la vida y la dedicación de un hombre antes que hablar en contra de estas peligrosas vacunas. Los CDC evitan contar toda la verdad de estos tratamientos experimentales.
Lamentablemente, Godwin no es el primer deportista cuya vida y carrera se ven trágicamente afectadas por el virus, recientemente reportamos el caso de un joven atleta advirtió sobre los efectos adversos de las vacunas al ser hospitalizado por una grave afección cardiaca. En junio también se presentó el caso de un jugador alemán de baloncesto quien sufrió una hemorragia cerebral.
¿Hasta cuándo ocultarán este tipo de noticias? Los pocos casos que se conocen intentan ser silenciados por las élites, pero es doloroso imaginar cuántos otros casos se han mantenido callados.