La fiscalidad. La palabra por sí sola suscita una especie de angustia generalizada entre las poblaciones de todo el mundo. No importa dónde se viva -ya sea Estados Unidos, Canadá, Australia o Gran Bretaña-, todo el mundo tiene una opinión sobre los impuestos.
Algunos admiramos un sistema monetario que recauda fondos de la ciudadanía de un país para subvencionar diferentes programas/empresas nacionales, y otros aborrecemos la idea de que una entidad gubernamental se lleve una parte de nuestros beneficios ganados con esfuerzo y puede que no estemos de acuerdo con algunas de las formas en que los invierte. En cualquier caso, los impuestos son un fenómeno tan constante como la propia muerte, o eso dice el refrán.
Según Historic UK, la eterna ciudad de Londres, en Inglaterra, paga a su gobierno un impuesto anual que, objetivamente hablando, es realmente extraño. La extraña contribución que extrae de los habitantes de la ciudad se basa más en la tradición que en lo práctico, pero aun así hace que uno se pregunte si sirve o no para algo, simbólicamente o no.
Cuchillos, herraduras y clavos
Como informa BBC History Revealed , la ciudad de Londres paga cada año un impuesto a la realeza británica en nombre de dos parcelas distintas cuya ubicación, curiosamente, se desconoce hoy en día. Lo más que sabemos es que una de ellas se encuentra en algún lugar de Shropshire. La ofrenda tiene lugar durante una ceremonia anual en octubre en la que se entregan dos cuchillos (uno romo y otro afilado) en compensación a la primera propiedad. La segunda propiedad recibe seis herraduras y 61 clavos.
El traspaso de los bienes se exhibe públicamente en lo que los británicos llaman La Ceremonia de los Alquileres. Según Atlas Obscura, se originó hace unos ocho siglos y aún no ha pasado de moda. Parece que las viejas costumbres son difíciles de cambiar. Por suerte, el “alquiler” que paga la ciudad en realidad no es monetario en absoluto, así que los ciudadanos no están trabajando horas extra para mantener dos parcelas de incógnito que nadie ha visto nunca.
La historia de los Quit Rents
Según Atlas Obscura, el cargo judicial más antiguo que sigue en activo en el gobierno de Gran Bretaña es el de rememorador del rey (o de la reina). Durante el siglo XII, el trabajo del rememorador consistía en llevar la cuenta de todas las deudas contraídas con la corona, y el impuesto original exigido en nombre de estas dos famosas parcelas se ha mantenido igual desde el año 1211.
Si nunca ha oído hablar de la Ceremonia de las Rentas Quit, no es porque esté atrasado en su historia británica, sino porque no se le da mucha publicidad. Se trata más bien de una tradición esotérica a la que los habitantes de Inglaterra siguen dando importancia.
De todos modos, los dos cuchillos, las seis herraduras y los 61 clavos que recibe la corona cada año se siguen considerando un impuesto oficial. Dado que nadie sabe dónde se encuentran “Los Moros” (título dado a las parcelas), también es un misterio lo que ocurre con los extraños artefactos que se han acumulado a lo largo de los años, aunque Historic UK explica que originalmente estaban destinados a ser utilizados en diversos torneos reales.