Los nuevos controles que entrarán en vigor a partir del 1 de octubre parecen agravar la escasez de alimentos y aumentar los precios.
En las últimas semanas, la escasez de alimentos ha sido una preocupación creciente en el Reino Unido, alimentada por los efectos actuales del Brexit y la pandemia de Covid-19.
Se ha instado al gobierno a desplegar el ejército para reemplazar a más de 100.000 camioneros, principalmente de Europa del Este, que no han podido o no han querido trabajar en el Reino Unido debido a las normas posteriores al Brexit y a las restricciones de viaje por Covi0. Además de la escasez de camioneros, la confusión sobre las declaraciones aduaneras y los retrasos en el transporte de mercancías han contribuido a agravar el problema.
En algunas zonas, los estantes de algunos supermercados han quedado completamente vacíos, mientras que otros han expresado su incredulidad, afirmando que aún no han notado la escasez y, en última instancia, calificando de absurda la preocupación por la escasez de alimentos.
Pero con los nuevos controles del Brexit que entrarán en vigor el 1 de octubre, la escasez de alimentos parece que va a empeorar.

A partir de esa fecha, los productos animales y vegetales que se importen al Reino Unido desde la UE requerirán más trámites y controles fronterizos. El Gobierno espera que estos controles sean “fluidos y eficientes”, pero teniendo en cuenta cómo se ha gestionado el Brexit desde el referéndum de junio de 2016, esas garantías no son especialmente reconfortantes.
También se esperan precios más altos
Por otra parte, la industria alimentaria afirma que el aumento de los precios será una garantía práctica, ya que los productores europeos trasladan el coste de esta burocracia a los consumidores británicos. También se espera que las líneas de suministro “justo a tiempo” se vean interrumpidas por los nuevos acuerdos, lo que con toda seguridad provocará más escasez de alimentos.
Como novedad, a partir del 1 de octubre, tanto las exportaciones como las importaciones de productos animales deberán ser inspeccionadas y certificadas por un veterinario. Sin embargo, el Reino Unido experimenta una enorme escasez de veterinarios en la actualidad, tras haber dependido de un flujo de veterinarios cualificados procedentes de países europeos.
Antes llegaban al Reino Unido entre 80 y 100 veterinarios al mes, pero desde el final del periodo de transición sólo llegan 20 al mes, lo que supone un déficit importante.
Falta de financiación gubernamental para el puesto de control fronterizo
Para llevar a cabo los nuevos controles, los intentos de crear un puesto de control fronterizo en Portsmouth se han visto obstaculizados por la falta de financiación gubernamental y por el desconocimiento de la cantidad que pasará por él. Se necesitaba una suma estimada de 2,5 millones de libras para cubrir los costes de 30 nuevos empleados, pero el ayuntamiento afirma que sólo se han dado 500.000 libras.
En declaraciones a Hampshire Live, el director de los servicios de regulación del Ayuntamiento de Portsmouth, Richard Lee, dijo:
“Hemos tenido un año importante de desafíos, pero seguimos confiando y siendo optimistas en nuestra dirección de viaje. Tengo cierta confianza en que llevaremos a cabo las comprobaciones en octubre, pero no puedo ofrecer ninguna garantía sobre nuestra preparación en este momento”.
Los miembros del gabinete han criticado el hecho de que el gobierno no haya prestado suficiente apoyo al puesto de control fronterizo de Portsmouth, y el concejal Hugh Mason, miembro del gabinete para el desarrollo de la ciudad, dijo que esto “demostraba la incompetencia del gobierno”. Mientras que el líder del consejo, Gerald Vernon-Jackson, dijo que “los contribuyentes del consejo no deberían pagar la factura del gobierno por la incompetencia sobre el Brexit”.