No fue hasta después de la muerte de Víctor Javier que su esposa se enteró de que había sido tratado con el medicamento Remdesivir.
“Fue una completa sorpresa. No sabía lo que era el Remdesivir”.
La pareja había acudido al hospital Providence Saint John’s Health en busca de ayuda para el persistente hipo de Víctor Javier. En lugar de ello, el hombre de 54 años fue supuestamente diagnosticado indebidamente con COVID-19, tratado con Remdesivir y Dexametasona sin consentimiento, y nunca volvió a casa.
Maricela Javier dijo a The Epoch Times:
“La gente debe tener mucho cuidado cuando va al hospital porque los médicos pueden tomar decisiones de vida o muerte a tus espaldas. Los hospitales no dejan que los pacientes tomen sus propias decisiones como deberían”.
La afligida viuda demandó al hospital de Santa Mónica el 20 de julio en el Tribunal Superior de Los Ángeles alegando tres causas de acción por homicidio culposo, incluyendo fraude constructivo y negligencia médica.
“Los hechos del caso son desgarradores, pero no nos sorprenden”, dijo el abogado Matthew Tyson, que representa a Maricela Javier.
“Estamos ayudando a muchas familias a presentar reclamaciones por la pérdida de sus seres queridos después de que el Remdesivir y otros medicamentos de alto riesgo fueran administrados sin conocimiento ni consentimiento. Todos ellos implican una conducta escandalosa y un sufrimiento terrible”.
La demanda alega que la Dexametasona no sólo empeoró el hipo y la diabetes de Javier, sino que también contribuyó a su ceguera, a la amputación de sus piernas y a su eventual muerte.
La dexametasona es un corticosteroide que aún no ha sido aprobado por la FDA para el tratamiento de la COVID-19.
El codefensor Bryan Garrie expresó:
“Esperamos reafirmar el deber fiduciario de los médicos de informar de forma completa y transparente sobre las opciones de tratamiento disponibles y sus riesgos, así como el derecho de los pacientes a tomar su propia decisión médica después de recibir una información completa”,
Providence Saint John’s Health no respondió inmediatamente a las solicitudes de comentarios.
La demanda señala:
“El riesgo de muerte de Víctor cambió drásticamente a peor cuando se le administraron los medicamentos de alto riesgo y contraindicados Remdesivir y Dexametasona sin el conocimiento, o el consentimiento informado, de Víctor o Maricela. Víctor Javier no recibió un diagnóstico o tratamiento para su hipo y en su lugar se le diagnosticó COVID-19”.
En 1975, la legislatura de California puso un límite a los daños generales en los casos de mala praxis médica únicamente, que actualmente es de 250.000 dólares, sin embargo, no existe ese límite en la demanda de Javier por fraude constructivo.
“Esperamos establecer que los proveedores de atención sanitaria de California no son inmunes a la responsabilidad por ciertos tipos de mala conducta relacionados con la pandemia”, dijo Garrie a The Epoch Times.
A Providence Saint John’s Health también se le acusa de no haber divulgado la disponibilidad de un tratamiento ambulatorio seguro con múltiples fármacos para el COVID-19.
El Dr. Bryan Tyson, un médico de El Centro que defiende el uso de Ivermectina e hidroxicloroquina para tratar el COVID-19 explicó:
“El Remdesivir es una infusión intravenosa que se administra durante cinco días, pero lo que no le dicen a la gente es que causa insuficiencia renal aguda y también puede causar insuficiencia hepática”
Aunque la ivermectina y la hidroxicloroquina se utilizan actualmente en California, se convirtieron en tratamientos politizados para el COVID-19 bajo la administración del ex presidente Donald Trump.
“La hidroxicloroquina y la ivermectina han sido completamente descartadas y son medicamentos completamente seguros”, dijo Tyson. “Estos dos fármacos existen desde hace mucho más tiempo que el Remdesivir y, cuando se administran en la dosis adecuada, son eficaces”.
Hospitales como el Providence Saint John’s Health utilizan supuestamente Remdesivir porque, según Tyson, los tratamientos están valorados entre 3.000 y 6.000 dólares.
“El Remdesivir es uno de estos antivirales fallidos que los Institutos Nacionales de Salud han estado tratando de utilizar para el Ébola y por eso aquí tenemos una forma de ‘recuperar nuestro dinero’. Usémoslo y veamos si funciona para el coronavirus. Realmente no funcionó para el coronavirus y sólo causó problemas“.
