Después de 4 años de escuchar todas las razones posibles de por qué el ex presidente Trump debería ser expulsado de su cargo, sometido a juicio político, arrestado o impugnado de su cargo, las predicciones apuntan que será el presidente Joe Biden quien no termine su primer mandato
Joe Biden sólo ha sido presidente durante 7 meses de un mandato de 4 años. Eso significa que tiene al menos 39 meses más en los que necesita levantarse cada día y tomar decisiones calculadas y críticamente pensadas como líder del mundo libre.
Sin embargo, cuesta creer que Biden pueda tomar una decisión críticamente meditada sobre que prefiere para desayunar. Y ni que hablar sobre las decisiones de política exterior, sobre cuántos billones más de dólares sin valor quiere imprimir de la nada y gastar con el pretexto de luchar contra cualquier causa social que esté de moda esta semana, o sobre la defensa nacional.
39 meses es mucho tiempo para un presidente que parecía apenas capaz de mantener la compostura antes de las elecciones. El hecho es que las dudas sobre la aptitud mental de Biden se han extendido a la corriente principal y van a persistir, y esto corre el riesgo de convertirse en un lastre demasiado grande para el partido demócrata.
El podcaster más popular del mundo, Joe Rogan, comentó este verano “Realmente no tenemos un verdadero líder en este país”, dijo Rogan. “Todo el mundo sabe que está fuera de sí. Apenas está aguantando”.
Al igual que hizo durante su campaña, Biden parece seguir con su afición a interactuar mínimamente con la prensa y evitar responder a las preguntas de ésta sin guión, dispersándose con lo que suele ser un requisito previo para cualquier presidente en una democracia.

Tras ser elegido, Biden “esperó más tiempo que cualquier otro presidente en los últimos 100 años para enfrentarse a los periodistas”, según la cadena de noticias ABC.
En los selectos días en los que Biden sale ahora al frente del podio, la prensa suele salir corriendo de la sala sin que se le permita hacer preguntas. El propio secretario de prensa de Biden incluso le ha instado a no aceptar preguntas de los periodistas.
Luego está el lío de Afganistán; Enfrentado a la primera decisión real de política exterior de importancia desde que asumió el cargo, se ha acordado casi unánimemente que el presidente Biden ha estropeado la salida del ejército estadounidense de Afganistán.
Incluso la CNN se vio obligada a admitir:
“La debacle de la derrota y la caótica retirada de Estados Unidos en Afganistán es un desastre político para Joe Biden, cuyo fracaso a la hora de orquestar una salida urgente y ordenada sacudirá aún más una presidencia plagada de crisis y manchará su legado”.
Su gestión de Afganistán, como también lo harán los asuntos futuros, nos llevó de nuevo a la desafortunada cuestión de si Biden es apto o no para ser presidente. ¿Lo es ahora? ¿Lo ha sido alguna vez?
Douglas Murray abordó esta cuestión en un artículo de opinión maravillosamente agudo para el Telegraph este fin de semana, titulado “Biden siempre fue incapaz de ser presidente, pero sus animadores de los medios de comunicación de izquierdas no se atrevieron a admitirlo”.
Murray escribe:
El mundo parece haber despertado a una importante verdad esta semana: que Joe Biden es un presidente verdaderamente terrible. Es una pena que haya sido necesario que Estados Unidos devuelva Afganistán a los talibanes para que tanta gente se dé cuenta de ello.
Para ser caritativos, quizá haya dos razones por las que esto no se haya hecho más evidente antes. La primera es que Joe Biden no es Donald Trump y para gran parte del planeta eso parece ser recomendación suficiente para ocupar el Despacho Oval. Una ruptura con el espectáculo de Trump atraía a muchísima gente.
Pero la segunda razón por la que muy pocos se dieron cuenta de lo que el mundo iba a obtener de una presidencia de Biden es que los medios de comunicación estadounidenses simplemente no hicieron las preguntas que debían hacer. Antes de las elecciones, casi todos los medios de comunicación estadounidenses renunciaron a cubrirlas y se limitaron a hacer campaña por el candidato demócrata.
La mayoría de los votantes no cree que el presidente Joe Biden sea mental y físicamente capaz de hacer su trabajo, y sospecha que la Casa Blanca está siendo dirigida por otros. De hecho, cifras de un nuevo sondeo nacional telefónico y online de Rasmussen Reports revelan:
- El 39% de los probables votantes estadounidenses cree que Biden está haciendo realmente el trabajo de presidente
- 51% dice ahora que otros están tomando decisiones por Biden entre bastidores.
- Mientras que un 10% no está seguro.
Lo más sabio que pueden hacer los estrategas demócratas deberían estar trabajando ya en esta solución, antes de que la próxima metedura de pata pública de Biden les obligue a hacerlo. Si el partido inicia un intento de destituir a Biden, al menos parecerá que el partido aún mantiene cierto control, a pesar de sus recientes luchas internas entre sus socialistas y moderados.