Recientemente las alarmas están sonando en Davos, alertadas por el Foro Económico Mundial, los gobiernos de todo el mundo y los principales medios de difusión ¿la alerta? las teorías conspirativas que cada vez generan más preocupación.
A pesar de toda la desinformación que existe en los medios, se ha demostrado con aterradora precisión el número de teorías conspirativas que han sido probadas como ciertas recientemente. Si todavía no te has enterado, toma nota:
El FBI espió toda la campaña de Donald Trump
Se demostró que la agencia llevó a cabo operaciones de información y filtración. Además. difundió desinformación sobre el alcance de la interferencia rusa en las elecciones. Con esta estrategia logró que medios de comunicación, ciudadanos y organizaciones por igual creyeran que todo el asunto de la laptop de Hunter Biden era falso.
El poder del Foro Económico Mundial
El FEM realmente tiene una influencia espeluznante sobre los líderes mundiales y realmente quiere “Un Gran Restablecimiento” o como se ha venido llamando “The Great Reset”. Este supuesto movimiento busca mover a la población a cambiar su estilo de vida, reduciendo su consumo energético, olvidando las riquezas, la privacidad y comiendo insectos para obtener proteínas en lugar de carne.
La censura de usuario en redes sociales
Facebook y Twitter realmente censuraron información referente al Covid que era real y precisa a instancias de la Casa Blanca y Twitter. Además, operan listas negras secretas para censurar y voces y opiniones que contradicen el discurso que han planteado. Esta censura indiscriminada tuvo lugar incluso cuando equipos internos de las redes aseguraron que los usuarios censurados no habían roto reglas de las plataformas.
A pesar todo esto, existen personas que siguen alegando que todo es simplemente teorías conspirativas. Dentro de su discurso, buscan justificar las acciones asegurando que el FEM solo se limita a palabras.
Pero si el Foro Económico Mundial es un festival de palabras vacías, también es, incluso en su propia opinión, enormemente poderoso, con su fundador, Klaus Schwab, desempeñando un papel misteriosamente importante dentro de la organización de líderes mundiales del G-20.
Por otro lado, la influencia rusa sobre las elecciones presidenciales de 2016 fue exagerada masivamente, mientras que el FBI fue mucho más allá de lo que el Congreso y el Presidente le pidieron creando una excesiva campaña
Y aunque existen usuarios con teorías descabelladas sobre el COVID, es una realidad que Twitter y Facebook censuraron a personas cualificadas que expresaban un punto de vista razonable sobre las vacunas y suprimieron información objetivamente exacta sobre las vacunas.
La aterradora verdad detrás de las teorías
Una persona rica reservada y no elegida democráticamente tiene una gran influencia en líderes del mundo, Klaus Schwab sin importar sin son de derecha o izquierda; ejerce su poder desde el primer ministro Justin Trudeau hasta el primer ministro del Reino Unido Rishi Sunak.
El FBI, la organización de aplicación de la ley más importante del mundo, está bajo el control de personas a quienes no les importa abusar del orden judicial. Además se encarga de filtrar a la prensa información manipulada, influir en periodistas en lo que parecen ser operaciones deliberadas de influencia, conocidas como OI, y que solían conocerse como psyops.
Algo crítico que se debe resaltar es que todo el mundo, desde Davos hasta la Casa Blanca, pasando por los principales medios de comunicación corporativos, está utilizando las acusaciones de “desinformación” como excusas para censurar las plataformas de medios sociales.
¿Por qué exactamente? ¿Por qué tantas teorías conspirativas de la derecha han resultado ser ciertas? ¿Y por qué las élites se comportan de forma tan antidemocrática?
La capacidad de agencias gubernamentales como la Casa Blanca y el FBI para abusar de su poder es especialmente fuerte cuando cuentan con el apoyo de la mayoría del público, como ocurrió con el Covid. Y la centralización del poder en un pequeño número de sitios de medios sociales -principalmente Facebook y Twitter- creó la oportunidad de intimidar a políticos y funcionarios del gobierno para privar a cientos de millones de personas de información veraz y alimentarlas con información falsa.
Pero todo lo anterior son intentos retrógrados de volver a meter al genio de Internet en la botella y, por tanto, están condenados al fracaso. La adquisición de Twitter por Elon Musk demostró lo frágil que era el control de las plataformas de medios sociales. Musk no sólo hizo público cuánto control ejercía el FBI sobre Twitter, sino que también ha destruido el antiguo sistema de verificación de la marca azul que sesgaba todo el sistema hacia la ideología woke-WEF, o lo que Martin Gurri llama la “política unilateral de la identidad y la ecología”.