Si hay algo que hemos aprendido de la pandemia es que cada persona tiene un enfoque ligeramente diferente de cómo afrontar los retos que ha presentado.
El COVID-19 ha sacado a relucir un montón de temas complejos que tanto la sociedad como el individuo han tenido que asumir y reaccionar. Sin embargo, como señala Martin Armstrong, de Statista, donde estas diferencias se alejan del ámbito de lo “normal” y comprensible es cuando la gente rechaza completamente la realidad de la situación, diciendo que el coronavirus es un mito -creado por “algunas fuerzas poderosas”- y que el virus no existe.
Esta es la formulación utilizada en una reciente encuesta de YouGov para medir hasta qué punto la población cree esto en todo el mundo.

De los 24 países encuestados, la creencia en la teoría de la conspiración estaba más extendida en la India, donde el 30% de los encuestados (urbanos) afirmaban compartir esta opinión sobre la pandemia.
Sudáfrica, Indonesia y Nigeria también destacaron aquí, con un 23, 20 y 19 por ciento, respectivamente.
En el otro extremo de la escala, la creencia era menos común en Japón, Suecia, Gran Bretaña y Dinamarca, donde los resultados estaban entre el tres y el cinco por ciento.