En el momento en que el Papa Benedicto XVI tomó la acción casi sin precedentes de dejar el papado (dado que todos o la mayoría de los papas a lo largo de la historia han servido hasta la muerte), hubo rumores de que su decisión se debía a irregularidades extremas y corrupción dentro de las finanzas notoriamente opacas del Vaticano.
Aparentemente su renuncia fue debido al deterioro de su salud en la vejez, lo que le abrió paso al Papa Francisco, sin embargo la especulación persistió pues se cree que no tuvo la capacidad de limpiar el desorden, o el hecho de que durante su papado persistían los escándalos.
Desde allí en adelante, han seguido surgiendo más escándalos e irregularidades en el Banco del Vaticano, siendo el último en las últimas semanas la “desaparición” de 1.800 millones de dólares, en varias transferencias misteriosas eventuales totalizando esa cantidad, las transferencias se realizaron a Australia durante los últimos seis años.
La iglesia católica romana niega saber algo al respecto diciendo
“El Vaticano y la Iglesia Católica Australiana han negado tener conocimiento de transferencias por valor de 1.800 millones de dólares que, según el organismo de control financiero de Australia, se enviaron desde Roma a Australia en los últimos siete años”
Fuente Reuters
Pero lo más extraño del caso es que alto funcionario del Vaticano que trabaja en las finanzas de las ciudades-estado dijo en anonimato lo siguiente: “Esa cantidad de dinero y esa cantidad de transferencias no salieron de la Ciudad del Vaticano”. Esto se ponen en duda pues el Vaticano cuenta con un vasto imperio financiero que es supervisado a nivel mundial, incluyendo hasta elegantes propiedades inmobiliarias de Londres, por sólo tomar un ejemplo.
Este mismo funcionario declaró:
“No es nuestro dinero porque no tenemos esa cantidad de dinero” , dijo. “Estoy absolutamente atónito”.
Además, El arzobispo Mark Coleridge de Brisbane, en nombre de la iglesia australiana, también negó tener conocimiento de esas transacciones:”Puedo asegurarles que ninguna diócesis u otra entidad eclesiástica vio nada del dinero”, dijo.
Tanto la Iglesia Católica Australiana como el Vaticano niegan tener conocimiento de las grandes y constantes transacciones que han ocurrido desde 2014.
Las transacciones se dieron a conocer por el Centro de Análisis e Informes de Transacciones de Australia (AUSTRAC). Las cuales fueron hechas públicas en diciembre, como una respuesta a una pregunta parlamentaria de la senadora australiana Concetta Fierravanti-Wells, y reportadas por el periódico The Australian.
Según AUSTRAC fueron alrededor de 47.000 transferencias separadas. Y que sus valores oscilaban entre un total anual de 71,6 millones de dólares australianos (55,2 millones de dólares estadounidenses) en 2014 a 581,3 millones de dólares australianos (448 millones de dólares estadounidenses) en 2017.
Es claro que en lo alto del Vaticano no se podían perder de repente, esa cantidad tan grandes de transacciones en estos niveles, pero las respuestas del Vaticano son muy contradictorias, pues el funcionario de Roma dijo el Vaticano tenía alrededor de 100 entidades legales, incluidos hospitales y similares, “pero no tienen esa cantidad de dinero”.
Agregó que “APSA había enviado menos de 800.000 euros (980.000 dólares) a Australia desde 2014 , principalmente para el pago de salarios y gastos de la embajada del Vaticano, así como pensiones y gastos de viaje”.
El Papa Benedicto XVI creía que al dimitir se lavaba las manos de los problemas y escándalos que lo rodeaban, pero no sólo persisten, sino que una vez más amenazan con desatar una tormenta de controversia pública sobre el papado de Francisco.
¿Será que el Vaticano no tiene conocimiento o simplemente está tratando de evitar un escándalo? Pues, es una suma bastante importante como para pasar desapercibida, y sí no se tiene esa cantidad de dinero ¿Cómo se hicieron las transferencias? Y aún más importante ¿En qué fue invertido ese dinero?
Sin duda la respuesta del Vaticano nos deja muchas preguntas, pero sobretodo permite ver qué esto no tiene sentido y la versión que nos ha dado es una verdad a medias, tal vez para encubrirse las espaldas.