Más de 20 organizaciones han firmado una carta dirigida al primer ministro del Reino Unido en la que insisten en que la actual ley de matrimonios forzados no va lo suficientemente lejos en la protección de los jóvenes.
Activistas advierten sobre la existencia de una fisura legal que permite a los jóvenes de 16 y 17 años de Inglaterra y Gales casarse con el consentimiento de sus padres ahora está siendo explotada y utilizada para someter a los jóvenes a contraer matrimonio infantil.
Ante esta barbarie no existe algún tipo disposición legal en el Reino Unido que impida la celebración de matrimonios infantiles religiosos o basados en la costumbre, a cualquier edad.
¿Qué sucedió con la carta enviada a Boris Johnson?
Varios copresidentes de la asociación Girls Not Brides UK escribieron:
“El matrimonio infantil suele considerarse un problema del mundo en desarrollo y tiene lugar exclusivamente en el extranjero. La realidad es que el matrimonio infantil es un problema invisible pero floreciente en el Reino Unido”.
Entre ellos se encuentra Diana Nammi, fundadora de la Organización de Derechos de las Mujeres Iraníes y Kurdas declaró:
“Con frecuencia, en el marco de la inadecuada legislación actual, vemos los fallos de los profesionales de la defensa y sus consecuencias, las cuales afectan de manera desproporcionada a un mayor número de niñas, usualmente casadas con hombres mayores…Las repercusiones incluyen una reducción de las oportunidades de educación y empleo, un aumento de los problemas de salud mental y una mayor incidencia de la violencia doméstica”.
Nammi quien está entre los nombres que emitieron la carta al primer ministro británico, contó una situación para hacer énfasis en a su comentario.
Payzee Mahmod era una niña británica prometida en 2003 a un hombre que le doblaba la edad. Su hermana Banaz, que se casó a los 17 años cinco meses antes, fue asesinada a los 20 años en el llamado “crimen de honor”, después de dejar al marido que su familia había elegido para ella.
Ahora activista, Mahmod ha pedido la prohibición del matrimonio infantil en el país europeo, dijo que los jóvenes deben ser libres para centrarse en su educación y perseguir sus sueños, agregando un comentario contundente sobre el hecho:
“El matrimonio infantil es un delito oculto, pero es un tema muy vivo aquí en Gran Bretaña y una de las cosas más dañinas por las que puede pasar cualquier niño. Las niñas son violadas en sus noches de bodas por hombres mayores y es habitual que tengan embarazos forzados, algo que mi hermana y yo hemos vivido”
Durante el aislamiento, la activista fue contactada en las redes sociales por niñas en riesgo de matrimonio infantil que buscaban ayuda; la más joven tenía sólo 14 años. Tenían conocimiento de Mahmod por su charla Tedx sobre el matrimonio infantil.

Este contacto activó aún más su preocupación, cree la pandemia haya puesto en riesgo a más niños. Usa de base para su creencia a las niñas que pudieron haber pasado bajo del radar al carecer de la supervisión de profesionales, como maestros y personal escolar calificado.
Según las leyes anteriores a la Segunda Guerra Mundial, sigue siendo legal que los jóvenes de 16 y 17 años registren un matrimonio con el consentimiento de sus padres. Sin embargo, esta fisura hace que sean más vulnerables a la captación y la manipulación, según afirman los activistas.
En Escocia, la edad legal es de 16 años y no es necesario el consentimiento paterno. Estos hechos surgen de leyes basadas en una mentalidad, que hoy en día esta mal en todos los contextos morales, en la carta de los activistas expresan otra situación alarmante:
“La legislación vigente sobre matrimonios forzados no protege automáticamente a los niños del matrimonio infantil debido a su edad.”
Las redes de pedofilia están quedando cada vez más expuestas, este tipo de información hay que reflejarlas con repudio y ataques contundentes para frenarlos. Las acciones de estos activistas no debes ser calladas y mucho menos ignoradas, la salud y libertad de muchos niños esta en riesgo y dejar solo a estos valientes mensajeros solo alarga la agonía de las víctimas.