El ex presidente Donald Trump anunció formalmente la Operation Warp Speed (OWS) el 15 de mayo de 2020. La OWS se constituyó como una asociación proyectada de 18 billones de dólares entre empresas, gobiernos y militares, encargada de producir y suministrar 300 millones de dosis de vacunas seguras y eficaces, con las dosis iniciales disponibles para enero de 2021.
La característica más innovadora del OWS fue la compra por parte de los gobiernos de grandes cantidades de tipos de vacunas en fase de ensayo clínico, independientemente del resultado (como los 2.000 millones de dólares y los 483 millones de dólares de las primeras compras a Pfizer y Moderna, respectivamente).

El OWS exigía que los ensayos clínicos, la fabricación y la logística se llevaran a cabo de forma paralela y no secuencial. La búsqueda de múltiples tipos de vacunas incorporó la redundancia en el programa para asegurar el mayor número posible de tipos de vacunas aprobadas. (Actualmente, hay 251 vacunas en proceso de desarrollo).
Después pasaron 10 meses y los resultados de la OWS fueron:
El 11 de diciembre de 2020, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó una vacuna para uso de emergencia producida por Pfizer “la prevención de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) en individuos de 16 años o más”. En cambio, la vacuna de Moderna se produjo siete días después.
Los primeros estadounidenses fueron vacunados el 15 de diciembre, sólo cuatro días después de la aprobación de la vacuna de Pfizer, debido a la compra de vacunas por parte de OWS antes de la aprobación reglamentaria lo que acortó el tiempo entre la aprobación y la ampliación de la fabricación.
El trabajo pesado de hacer pasar las vacunas por los ensayos clínicos, aumentar la producción en masa e iniciar el complicado proceso de distribución a los otros estados estaba bien encaminado cuando el gobierno de Biden tomó posesión.
El OWS se lanzó con un escepticismo prácticamente universal e incluso con desprecio. La consultora McKinsey expresó un informe del 1 de junio de 2020, donde advertía de que sólo una vacuna había iniciado la fase 2 de los ensayos clínicos y que 21 meses ha sido el tiempo más corto entre la fase 2 y la fase 3.
La historia real de OWS diverge dramáticamente de la prevista por sus escépticos, basándose en sus conocimientos en la primavera de 2020. Los expertos, medios de comunicación, funcionarios de salud pública y los mercados de apuestas predijeron la aprobación de la FDA, en el mejor de los casos, cerca de la primavera o el verano de 2021.
Cada vez que se ahonda mas en el tema de las vacunas surgen nuevos vacíos, tan increíbles y dramáticos que cuesta creer que esté pasando realmente. Cada vez se demuestra como las alianzas entre grupos élites, Big Tech y Big Pharma, llenan sus bolsillos a costa de miedo de las personas ante un virus que ellos mismos han creado.
Moderna y Pfizer pueden evitar el cercado que se les aproxima, pero ¿hasta que punto estarían dispuesto a llegar con la finalidad de suministrar las vacunas?