Un informante ha afirmado que China propagó deliberadamente el covid-19 en un torneo militar, dos meses antes de que el resto del mundo supiera de su existencia.
Wei Jingsheng, ex miembro del Partido Comunista de China, dijo que los Juegos Militares Mundiales de octubre de 2019 podrían haber actuado como el primer evento de “superdifusión” del virus. El torneo se celebró en Wuhan dos meses antes de que China notificara a la OMS sus primeros casos.
Jingsheng afirmó que no era una coincidencia que algunos de los 9.000 atletas que se reunieron para el evento se hubieran contagiado con una enfermedad misteriosa. También comentó
“Pensé que el gobierno chino aprovecharía esta oportunidad para propagar el virus durante los Juegos Militares, ya que muchos extranjeros se presentarían allí”.
Sus sospechas surgieron cuando había oído hablar de que el gobierno chino estaba llevando a cabo un “ejercicio inusual” durante los juegos, esto fue mencionado en el nuevo documental de Sky News: What Really Happened in Wuhan.
Sus afirmaciones fueron respaldadas por el antiguo asesor principal para China del Departamento de Estado de Estados Unidos, Miles Yu. Dijo que los atletas franceses, alemanes y estadounidenses que enfermaron en el torneo presentaron síntomas similares a los del covid-19, pero no se les hizo ningún tipo de prueba.
El antiguo investigador de covid-19 por el departamento de estado, David Asher, comentó que algunos indicios en sus propios datos parecen indicar que había Covid circulando en Estados Unidos ya a principios de diciembre, posiblemente antes.
Jingsheng llevó sus preocupaciones sobre el desarrollo de la situación a figuras de alto nivel dentro de la administración Trump en noviembre de 2019, pero fue ignorado. En su posición sintió que no estaban tan preocupados como el, esforzándose por brindar mayores detalles e información.
El régimen autoritario de Xi Jinping trató desesperadamente de acallar a los denunciantes y silenciar cualquier debate sobre el virus en las primeras fases del brote de Wuhan, incluso cuando un número incalculable de cadáveres empezó a inundar los hospitales de la ciudad.
Se censuró cualquier referencia a un nuevo virus del SARS o a un “brote” en las redes sociales, llegando a acallar al valiente personal médico que trataron de advertir al mundo. Fueron detenidos arbitrariamente y obligados a firmar una confesión falsa por haber sembrado el miedo en la población.
Jingsheng quien ha estado exiliado en EE. UU desde hace un par de años, comentó que estuvo al tanto de lo que ocurría a través de personas del Partido Comunista de Pekín, todos compartían sus temores sobre la situación y describían el encubrimiento del gobierno central.
A pesar de la inminente crisis sanitaria que devastaría a EE.UU. y al resto del mundo, su mensaje no fue tomado en serio, afirma. El disidente chino no quiso revelar con qué líderes políticos habló, pero insistió en que se trataba de altas personalidades del gobierno y que tenía el oído del entonces presidente Donald Trump.
Aseveró que no se sentía seguro de que el político esté de acuerdo que hable de él ahora mismo, pero aseguro que tiene un rango lo suficientemente alto como para ser presidente de los EE. UU en un futuro.
Mientras los casos de coronavirus seguían haciendo estragos en China, el Estado autoritario mantuvo el brote oculto a la OMS hasta el 31 de diciembre. En ese entonces ya no era posible mantener el secreto de su existencia.
Pekín negó que el virus pudiera transmitirse de persona a persona, hasta que finalmente se sinceró un mes después, a finales de enero.
La OMS calificó el misterioso brote como Emergencia de Salud Pública de Preocupación Internacional el 30 de enero de 2020. ya que los contagios empezaron a extenderse por otras naciones, incluido Estados Unidos.
En agosto de este año, el Dr. Peter Embarek, que dirigió la investigación de la OMS sobre los orígenes de la pandemia de coronavirus en China, afirmó que el primer paciente de Covid-19 del mundo podría haber sido infectado por un murciélago mientras trabajaba en un laboratorio de Wuhan.
Realizó esta impactante afirmación a pesar de que en un principio descartó la idea de que el virus se hubiera escapado de un laboratorio como algo extremadamente improbable. Admitiendo posteriormente la teoría de la fuga del laboratorio pudo ocurrir, sugiriendo que un investigador chino podría haber sido infectado por un murciélago mientras tomaba muestras.
Algunos han sugerido que el origen del virus fue el Instituto de Virología de Wuhan, un laboratorio chino que es el mayor centro de investigación de coronavirus del mundo. Creen que el virus se descubrió en el laboratorio debido a que recoge coronavirus de animales salvajes, o bien se modificó mediante una investigación de “ganancia de función”.
La investigación es muy controvertida, ya que muchos científicos sostienen que los riesgos de crear tales virus superan con creces los posibles beneficios. Los defensores de esta teoría afirman que el virus se filtró del laboratorio, posiblemente infectando al personal, que lo transmitió sin querer a la población general.
Las investigaciones se mantienen en un desarrollo intermitente debido a las muchas trabas burocráticas, y posible silenciado a todo aquel que ofrezca información que no sea de la versión oficial.
Buscan mantener los orígenes del virus chino dentro de un contexto confuso, todo con la finalidad de lavarle la cara a todos los implicados en esta gran conspiración.