La Secretaria General Adjunta de Comunicaciones Globales de la ONU, Melissa Fleming, admitió recientemente en un debate con el Foro Económico Mundial que la institución globalista se ha asociado con plataformas de Big Tech como Google para controlar los resultados de las búsquedas sobre temas como el cambio climático, haciendo que la narrativa del establishment sea la predominante mientras se suprime la información y los datos que van en contra de la agenda climática de la ONU.
Fleming continuó afirmando que la ONU tiene el control de la ciencia:
“Somos dueños de la ciencia, y creemos que el mundo debe conocerla, y las propias plataformas también”.
De hecho, nadie es “dueño de la ciencia” en lo que respecta al cambio climático, los covares o cualquier otra cuestión. Si los datos no apoyan una narrativa, entonces la narrativa debe ser abandonada como defectuosa. La ONU parece pensar lo contrario.
Esta admisión abierta sólo reconfirma lo que los medios alternativos han estado diciendo durante años, que las grandes corporaciones tecnológicas, los gobiernos y las instituciones globalistas están colaborando activamente para aplastar los datos y las opiniones disidentes como medio para mantener al público tan ignorante de la verdad como sea posible. Lejos de la “comprobación de los hechos” o de la lucha contra la “desinformación”, los esfuerzos globalistas se centran exclusivamente en elevar su propia propaganda como medio para ganar más autoridad sobre la sociedad.
Las leyes sobre emisiones de carbono asociadas a la “Agenda 2030” de la ONU otorgan un poder inmenso e intrusivo a los gobiernos sobre la industria, la propiedad privada y las libertades individuales. Es lógico que la ONU intente combatir cualquier fuente de información que contradiga la aplicación de dichas leyes; tienen todo que ganar impidiendo que el público vea toda la información y tome una decisión informada por su cuenta.