Estados Unidos se enfrenta a una grave inflación a pesar de que la Reserva Federal y los principales medios de comunicación se reafirman en decir que la pérdida de poder adquisitivo es sólo “transitoria”.
Esta semana, la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. ha publicado las cifras de consumo y de producción de julio y la inflación es cada vez más fuerte. Las estadísticas del IPC de julio muestran un salto al 5,4% y los precios de producción se disparan un 7,8%.
El presidente Joe Biden ha sido comparado con Jimmy Carter mientras los estadounidenses asisten al renacimiento de la estanflación. El término “estanflación” fue muy relevante durante el gobierno de Carter porque Estados Unidos vio un lento crecimiento económico y enormes cifras de desempleo.
El crecimiento económico y las cifras de desempleo en 2021, parecen un poco más horribles debido a las secuelas que causaron los cierres de Covid-19 y los mandatos del gobierno en 2020.
Los datos de esta semana de la Oficina de Estadísticas Laborales de EE.UU. indican que el Índice de Precios al Consumo (IPC) saltó al 5,4% el mes pasado. Se trata de un récord del IPC que no se veía desde 2008 y, para colmo, Estados Unidos ha alcanzado un aumento récord del 7,8% en los precios de producción.
Los precios al consumidor son preocupantes desde hace tiempo, después de que la Reserva Federal de Estados Unidos disparara la oferta monetaria más en un solo año que en cualquier otro momento de la historia.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, dijo en abril que el banco central cree que el problema de la inflación se resolverá rápidamente. Powell subrayó que “la naturaleza de un cuello de botella es que se resolverá”.
En muchas declaraciones, Powell y sus colegas del banco central han calificado la inflación actual de “transitoria” y que no durará. Powell tampoco cree que los fabricantes vayan a aumentar los precios a los consumidores de la calle principal. “Creemos que los productores son reacios a trasladar estos precios a los consumidores”, subrayó Powell.
El informe del IPC de agosto de 2021 muestra que la inflación está aumentando en casi todo. Los precios de los inmuebles y de los alquileres se han disparado significativamente, el índice de hoteles y moteles se disparó un 6,8% en julio y la gasolina se disparó un 2,4%. El coste de los alimentos está por las nubes, a pesar de que el USDA cree que la inflación de los alimentos puede disminuir en 2022. Las tarifas aéreas han subido un 19%, el coste de los electrodomésticos se ha disparado un 12,3% y el precio de los automóviles usados se ha disparado un 41%.
Paul Krugman descarta la inflación, la administración Biden culpa a la OPEP, los estadounidenses sienten otra ronda de bloqueos y nadie sabe realmente nada de lo que está sucediendo.
Por supuesto, Paul Krugman a través del New York Times le dice a la gente que no tenga “ansiedad por la inflación”. Además, la administración Biden dice que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) es la causa de la creciente inflación.
En lugar del gasto federal, la administración Biden está culpando de la sombría economía a los precios del petróleo y Biden dice que le dio un mensaje a la OPEP. “También dejamos claro a la OPEP… que los recortes de producción realizados durante la pandemia deben revertirse a medida que… la economía mundial se recupera, con el fin de bajar los precios para los consumidores”.
Mientras tanto que Biden culpa al precio del petróleo, los estadounidenses han estado lidiando con un bombardeo de titulares sobre el Covid-19 y sus diversas variantes. La preocupación por estas nuevas variantes está haciendo resurgir las primeras etapas de los bloqueos ordenados por el gobierno.
A finales de julio, el gobierno de Biden reveló que la Casa Blanca está preparada para volver a los cierres, a pesar de los datos que muestran que las tácticas de cierre han sido perjudiciales. Otra ronda de cierres podría hundir aún más a la economía estadounidense.
En cuanto a la OPEP, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, declaró a los medios de comunicación que la administración quiere producir un “compromiso a largo plazo” con la OPEP.
