El absurdo de las nuevas normas de COVID introducidas en Gales quedó al descubierto tras confirmarse que ahora se puede multar a las personas por presentarse a trabajar, pero que siguen siendo libres de ir a los pubs.
“Ninguna persona puede abandonar el lugar en el que vive, o permanecer fuera de él, con el fin de trabajar o prestar servicios voluntarios o de caridad”, dicen las nuevas directrices publicadas por el gobierno.
Aquellos que incumplan las nuevas normas sobre el “trabajo desde casa”, introducidas para frenar la propagación de la variante Ómicron, se enfrentan a multas de 60 libras por cada infracción, mientras que las empresas podrían recibir multas de hasta 10.000 libras.
Mientras que los trabajadores serán castigados por presentarse en la oficina, serán libres de emborracharse en un pub repleto en Navidad y en Nochevieja.
“A partir del lunes, los residentes en Gales se expondrán a una multa de 60 libras si van a trabajar a su oficina. Sin embargo, podrán pasar legalmente todo el día en el pub“, tuiteó el diputado conservador por Clwyd West David Jones.

Jones cuestionó cómo la policía podría determinar siquiera si una persona puede trabajar desde su casa en lugar de ir a la oficina, ya que los argumentos a favor de la necesidad de estar en el lugar de trabajo son abundantes.
“El enfoque del Gobierno galés en materia de salud pública es inusual”, añadió. “No puedes ir a trabajar pero puedes sentarte en Wetherspoon’s todo el día. No se puede ver un partido de fútbol desde una grada al aire libre, pero se puede ver por televisión en un bar abarrotado. ¿Hay algunas propiedades antivirales peculiares que prevalecen en los pubs?”
Mientras tanto, en Escocia, los visitantes de las discotecas han sido informados de que deben mantener una distancia de un metro de la persona más cercana en todo momento, algo que es prácticamente imposible en una pista de baile abarrotada.
Esto sigue a una reciente actualización de las normas en Irlanda, donde las autoridades confirmaron que la gente no tenía que llevar máscaras en la pista de baile, pero tendría que llevarlas si abandonaba la pista para ir al bar o al baño.
Y si te preguntas qué sentido tiene todo esto, no pierdas el tiempo, porque no lo tiene. Nada de esto tiene sentido.
Todo el proceso parece ser sólo más ingeniería social para imponer el cumplimiento de normas y reglamentos que deliberadamente se vuelven cada vez más asínicos y desconcertantes.