“La muerte no está relacionada con la vacunación” está justificación no es válida, después de estos descubrimientos.
No menos de 244 de los casi diez millones de personas vacunadas murieron poco después, incluidos ocho abortos espontáneos (a finales de enero). Esta cifra la dió la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del gobierno británico y es oficial, por lo que definitivamente no es exagerada.
Ahora ¿Cuántas muertes esperaría normalmente después de una vacuna contra la gripe? Hay una respuesta oficial a esto 5,75 por cada diez millones de personas vacunadas, este número viene de Gran Bretaña y de encuentra en la página 77 del manual ” Conceptos básicos de seguridad de las vacunas ” publicado por la OMS en 2013.
Las vacunas de ARNm causan alrededor de 40 veces más muertes de las que cabría esperar con las vacunas contra la influenza. Siendo dos las posibles explicaciones, o una combinación de las mismas:
Seguridad: Las vacunas de ARNm de Pfizer y Astra-Zeneca, de eso es de lo que estamos hablando, son mucho más peligrosas de lo que se supone.
Negligencia: Las campañas de vacunación se realizan de forma apresurada y se descuidan las medidas de precaución básicas.
En cuanto a la seguridad:
La vacuna de ARNm de Pfizer/Biontech se probó en 20.000 personas y 20.000 más recibieron un placebo. Este pequeño número de personas de prueba no permite una evaluación fiable de la seguridad. Con sola muerte, se duplicaría estadísticamente el riesgo, haciendo que todas las muertes posteriores expresen el peligro de la vacuna.
Para poder determinar aproximadamente la probabilidad de muerte después de las vacunaciones (5,75 a 10 millones para las vacunas contra la influenza según la OMS), serían necesarios grupos de prueba más grandes por factores. En el caso de 500.000 participantes del estudio, el rango de muertes estadísticamente plausibles (el llamado “intervalo de confianza”) está entre 5 y 20 casos según la información proporcionada por un estadístico médico, por lo que aún es extremadamente inexacto. Dar declaraciones de confiabilidad sobre la probabilidad de los llamados “eventos raros” son absolutamente imposibles con el tamaño real de la prueba de 20.000 personas vacunadas. Indicando que las declaraciones de que la vacuna es segura don muy poco científicas. Sólo una prueba de campo ofrece resultados confiables, que muchas personas críticas asumen intuitivamente.
Pfizer es consciente de estás deficiencias, es por eso que la compañía firmó un contrato detallado con el ministerio de salud pionero en vacunación de Israel para evaluar los datos (desafortunadamente, solo una versión con numerosas páginas ennegrecidas que se filtró) siendo los datos del estudio confidenciales, por lo que Pfizer puede controlar los resultados.
La mala calidad de las pruebas de Pfizer subrayan el hecho de que sólo alrededor del 8 por ciento de las 3580 enfermedades que ocurrieron después de las vacunas de prueba se incluyeron en el análisis, es decir , solo aquellas que se asociaron simultáneamente con una prueba de PCR positiva.
De estás 170 enfermedades confirmadas por Covid-19, 162 no estaban vacunadas y ocho estaban vacunadas. Llevando a la efectividad publicada mundialmente de más del 90 por ciento.
Las 3410 enfermedades restantes se excluyeron del análisis porque no eran casos confirmados de Covid-19, sino “sospecha de Covid-19”, probablemente Covid-19.
1594 de los vacunados contrajeron “sospecha de Covid-19”, en el grupo placebo 1810, una proporción del 47 al 53 por ciento , una ventaja insignificante para los vacunados.
Otra punto que resaltar y una gran desventaja del estudio de prueba de Pfizer es que las personas mayores fueron excluidas del estudio, esto lo afirma el Journal of the American Medical Association en un artículo científico.
“Los adultos mayores tienen el mayor riesgo de enfermedad grave y muerte debido a la enfermedad del coronavirus”, dice allí. “A nivel mundial, las personas mayores de 65 años representan el 9 por ciento de la población, pero son responsables del 30 al 40 por ciento de los casos y más del 80 por ciento de las muertes”.
Según Ugur Sahin de Biontech, el desarrollador de la vacuna de ARNm de Pfizer, suficientes personas mayores participaron en el estudio y confiaba en que “esta vacuna parece funcionar en la población con mayor riesgo”.
Pero aparentemente esto es falso, pues en el el estudio no participaron en el estudio personas mayores de 80 años, quienes ahora son los más afectados por las muertes. Ya las compañías farmacéuticas tienen tendencia a realizar pruebas con personas muy saludables para obtener resultados satisfactorios.
Son inexplicables las ambigüedades estadísticas, por no decir manipulación, pasen por las autoridades de aprobación sin informar al público, especialmente porque Swissmedic no aprobó la vacuna de Pfizer en un proceso acelerado, pero supuestamente “debido al debido proceso”, como lo hizo en un comunicado de prensa.
Ahora con respecto a la negligencia:
Las campañas de vacunación a nivel mundial están enfocadas en las personas mayores, puesto que tienen un gran riesgo de muerte ante la enfermedad, pero en las pruebas no participaron personas mayores de 80 años o con enfermedades previas. Entonces, no se conoce cómo funciona la vacuna en estos grupos, pero se le es administrada principalmente a ellos. También se conoce que las personas mayores en promedio responden muy mal a la vacunación contra la influenza, siendo está una contraindicacion.
Los casos acumulados de brotes de coronavirus despues de las vacunaciones en hogares de ancianos son todavía anecdóticos. Mientras que las pruebas de PCR, los “casos”, las hospitalizaciones y las muertes se registran y publican meticulosamente a diario, apenas hay información confiable sobre las oleadas de infecciones y muertes después de la vacunación en los hogares de ancianos. La claridad se puede crear rápidamente con relativamente poco esfuerzo, si se desea.
En cuanto a las muertes, las autoridades sanitarias de todo el mundo van con la narrativa uniforme de que es muy poco probable que exista una conexión con la vacunación.
Swissmedic anunció horas después de conocerse el caso que la primera persona que murió tras la vacunación en Suiza había fallecido a causa de una enfermedad. Pero, sí el paciente estaba enfermo, que su médico lo niega, ¿por qué fue vacunado? Si estaba sano, ¿de qué murió? Las enfermedades agudas son una clara contraindicación.
Las campañas de vacunación se llevan a cabo de manera militar, en vez de proporcionar una información clara y consentimiento consciente, las autoridades se basan en una organización estricta y símbolos de autoridad. Un ejemplo de esto es un hogar de ancianos en Berlín que ha reportado varias muertes, dónde soldados con trajes de camuflaje estaban presentes durante la vacunación, se dice que intimidaron a los ancianos veteranos de guerra, según informes de testigos presenciales.
Nada de esto es lo que de espera con una vacuna que es alrededor de 40 veces más peligrosa que una vacuna contra la gripe. Se debe indicar la precaución y comunicación clara de los riesgos, como también se hace con otros fármacos.
El médico Andreas Heisler dió a conocer la intolerancia de la primera muerte por vacuna en Suiza. Luego de esto fue atacado por la televisión con acusaciones falsas.
La campaña de vacunación se desarrolla en un clima de miedo y falta de información en el que los medios de comunicación juegan un papel crucial. Las voces críticas no solo son reprimidas, sino que luchan activamente por difamarlas e hundirlas. El periodista de Rundschau Thomas Vogel entregó un punto bajo preliminar, cerrando su artículo “ Doctores en la mira: autoridades contra los escépticos de la corona ” del 10 de febrero con la apelación: “El estado debe decidir cuánta libertad debe permitir a los médicos escépticos de la corona. Una tarea delicada, no debe posponerse “.
Que el Dr. Andreas Heisler sea el objetivo de la televisión no es una coincidencia, dado a qué él no solo es el fundador de la red médica crítica Aletheia, sino que también da a conocer la primera persona que se vacunó en Suiza, un ex paciente suyo, tenía una intolerancia conocida a las vacunas contra la gripe, pero fue vacunada de todos modos. Este es un hecho crucial que no sólo fue ocultado al público sino que de publicó un comunicado luego de la muerte por Thomas Vogel, quien conocía mejor el caso. El sabía con detalles lo que había pasado realmente, así que actuó con plena conciencia de las circunstancias.
Vogel dió un paso más allá pues en una entrevista de televisión afirmó falsamente que Andreas Heisler duda de la existencia del virus. Cuando se le pregunta, Heisler explica:
“Dije explícitamente que no negaba la existencia del coronavirus, al contrario, dije que yo debía haber padecido corona porque documenté un alto título de anticuerpos. Pero él quiere y debe … empujarme a este rincón para que las autoridades perezosas, finalmente y con decisión, tomen medidas contra mí”.
Su declaración todavía debe estar en el material de archivo de la televisora y estar disponible para cualquier procedimiento requerido.
El semanario “Zeit” es un ejemplo de la negligencia, por no decir deliberadamente engañosa, donde los medios de comunicación reconocidos tratan los hechos sobre las muertes después de las vacunas. El título “ 523,000 vacunados, sin muertes por corona ” no es incorrecto en los hechos, pero es engañoso. Según la evaluación de la compañía de seguros de salud israelí “Maccabi” , ninguno de sus miembros vacunados murió de Covid-19. Pero los muertos en el orden cronológico inmediato de la vacunación simplemente se suprimen. Así funciona hoy el periodismo científico.
El enorme aumento de la letalidad de la vacuna de ARNm en comparación con la vacuna contra la gripe es una señal de advertencia extraordinaria. Se puede suponer que ni los medios de comunicación ni las autoridades informan al respecto de manera adecuada; tendrían que admitir demasiados errores para ser considerados creíbles.
Y surge la pregunta de qué puede hacer aún la persona socialmente distante y asustada con sus medios de comunicación restringidos y censurados para advertir a otros del peligro. Porque los riesgos probablemente mayores, los efectos secundarios a largo plazo, aún están por delante. Entonces podrían sobrecargar realmente los hospitales. No nos ayudará mucho haberlo sabido.
Fuente: Corona Transition