Los democratas le tienen miedo a Trump ahora más que nunca

El expresidente Donald Trump dejo el cargo, ese mismo hombre que juro hace cuatro años. Y al que le han negado un segundo mandato, por ahora. Pero que también le robaron su primer mandato.

Washington es una ciudad en dónde todos tienen una luna de miel, sin embargo a Trump ni siquiera se le permitió trabajar un día sin la constante avalancha de distracciones.

Desde que tomó el cargo le tiraron todo lo que tenían. Ellos inventaron mentira tras mentira, lanzaron consultas falsas, enviaron a la CIA en su contra y pudieron a toda la burocracia, incluidos los militares, en su contra.

Y como si esto fuera poco se desató una pandemia mundial en medio de su campaña de reelección. Que utilizaron en su contra para menospreciar su administración y robarle las elecciones presidenciales.

Socavaron todas las instituciones democráticas y forzaron todas las salvaguardias constitucionales en un intento de destruirlo.

A pesar de todo esto, él emergió y todavía sigue erguido y con la frente en alto.

En su despedida, allí en el escalón de un Marine One que partía en el jardín sur de la Casa Blanca el miércoles, Trump se volvió hacia atrás para saludar. No ofreció ningún signo de “paz” ni un signo de “victoria”. Pero un puño cerrado.

Sale de la ciudad de la misma manera en la que entró.

Tanto para sus detractores como sus defensore, Trump se negó a asistir a la toma de posesión de su sucesor. Habría sido una mentira, como todo en Washington.

El Sr. Trump es el único honesto de todo el grupo, el único que no está bromeando; la única persona seria en Washington.

Y esto causó la misma indignación impactante que Trump provocó hace cuatro años cuando pronunció su discurso inaugural y le dijo a la multitud reunida que, sí, de hecho, hablaba en serio en cada palabra de su campaña y tenía la intención de cumplir cada promesa que había hecho.

Desde entonces tienen un odio visceral hacia Donald J. Trump. un odio incontrolable que unificó a un Partido Demócrata fatalmente fracturado detrás de Joseph R. Biden. Sí tomamos como referencia la multitud durante su campaña presidencial podemos ver qué los os votantes estadounidenses habituales no estaban tan entusiasmados con Biden como lo estaban los demócratas en Washington.

Es importante señalar que multitud inaugural reunida para el presidente Trump hace cuatro años fue, literalmente, miles de veces más grande que la multitud reunida para el Sr.Biden el miércoles.

Lo único que puede hacer Biden en su mandato, si es que llega a tener uno, es ser más amable con Trump y tener menos interés periodístico.

Biden es tan incoherente que un minuto llama a la unidad en su discurso inagural, para después dar mensajes de odio hacia los “supremacistas blancos” y “racistas” y “terroristas locales” que están destruyendo nuestro país hoy. ¿Qué clase de unidad es ésa? Será una en dónde no hay blancos, pero él tendrá que irse pues el también podría considerarse un Supremacista blanco.

Supongo que eso te dice todo lo que necesitas saber sobre la gente con la que el Sr. Biden anda con él. Después de todo, son demócratas.

Además hablo de una “carnicería estadounidense”. Es decir que estaremos en una película de terror en dónde matan a todos los que no se unan a los malos.

Parte de la campaña de “unidad” de Biden, aparentemente, es condenar a Trump en un juicio político. Así es, condena a Trump, quien ya dejó el cargo el miércoles.

Eso es porque este juicio político falso, al igual que el último juicio político falso, no tiene nada que ver con la destitución de un hombre supuestamente peligroso. Tiene todo que ver con difamar a un enemigo político.

Nunca antes le habían temido más a Trump que ahora. Le temen tanto a él y a su regreso que, en lugar de abordar cualquiera de los problemas reales que enfrenta el país hoy, preferirían llevar a cabo otro juicio político falso para impedir que sus partidarios lo vuelvan a elegir para cualquier cargo federal.

“Volveremos”, dijo Trump. Sin embargo, es como si nunca se hubiera ido.