Muchos lo enterraron políticamente cuando fue encarcelado por corrupción, pero Lula, ícono de la izquierda Brasileña, obtuvo por la mínima diferencia -poco más de un punto- su tercer mandato.
Luiz Inácio Lula da Silva, resucitó políticamente y encaró su sexta elección presidencial, frente a Jair Bolsonaro.
Dos veces presidente entre 2003 y 2010, Lula dejó el poder con una popularidad de casi 90%.
Aunque habiendo ganado, no podrá contar con la misma bonanza: si bien la economía da señales de mejoría, con crecimiento, menos inflación y más empleo, está lejos de la prosperidad de los años 2000.
Orígenes
Nació el 27 de octubre de 1945, recuerda sus orígenes humildes en el empobrecido noreste de Brasil.
Séptimo hijo de un matrimonio analfabeto, Lula fue abandonado por su padre antes de que la familia emigrara, como millones de coterráneos, a la industrializada metrópoli de Sao Paulo.
Disputó las presidenciales de 1989, las primeras tras la democratización, y luego en 1994, 1998 y 2002, cuando resultó ganador y se convirtió en el primer jefe de Estado brasileño salido de la clase obrera.
Corrupción
Lula coronó su doble mandato consiguiendo la sede del Mundial de fútbol de 2014 y los Juegos de Rio-2016.
Su trayectoria política se vio empañada por escándalos de corrupción.
Fue reelegido pese al caso del “Mensalao”, una millonaria contabilidad ilegal montada por el Partido de los Trabajadores (PT) -que cofundó en 1980- para comprar el apoyo de congresistas.
Terminó igualmente envuelto en la “Lava Jato”, la mayor operación anticorrupción de la historia del país, enfocada en una gigantesca red de sobornos en torno a la petrolera paraestatal Petrobras.
Fue condenado en 2017 a nueve años y medio de prisión por la obtención de un apartamento de una Odebretch a cambio de contratos públicos.
Los escándalos de corrupción en que se vio involucrado Lula con Odebrecht, empresa que con sobornos y coimas se metió en el bolsillo a varios gobiernos de la región
Estuvo 19 meses en prisión. En marzo de 2021 recuperó sus derechos políticos con la anulación de su sentencia por irregularidades procesales.
Lula ha monopolizado el liderazgo de la izquierda brasileña. De nueve elecciones en democracia, incluida la del domingo 30 de Octubre, solo se habrá ausentado de tres.
“Drenó un poco el oxígeno” de cualquier posible relevo generacional, explicó a la AFP Leonardo Paz, consultor para Brasil del International Crisis Group. “No dio mucho espacio para que jóvenes políticos de la izquierda crecieran”.
Lula: el corrupto que busca mantener la ideología de izquierda en Latinoamerica
Muertos Chávez y Castro, los jefes del crimen organizado en toda Ámerica, Lula se coloca el disfraz de demócrata para crear una nueva etapa politica, basandose en promesas y populismo.
El Gobierno de Lula fue el tercero del Foro de Sao Paulo y con él quedó instalado el trípode de la expansión de ese instrumento operativo con jefatura en Cuba
La expansión de la dictadura de Cuba en las Américas, con su sistema de violación institucionalizada de derechos humanos, terrorismo de Estado, presos, tortura, exilio y narcoestados, tenía en Fidel Castro, Lula da Silva y Hugo Chávez a sus tres jefes estructuradores.
Son los creadores del socialismo del siglo XXI o castrochavismo, el sistema de crimen organizado trasnacional que detenta la política y que hoy somete a los pueblos de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua y agrede a toda la región.
Con partidos de posiciones «desde centro izquierda a extrema izquierda», el Foro de Sao Paulo se integró con grupos guerrilleros, terroristas y narcotraficantes como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC y del sistema de guerrilla castrista, que se fueron disfrazando como «grupos políticos».
Como presidente desde 2003, Lula fue el tercer gobierno del Foro de Sao Paolo y así quedó instalado el trípode de la expansión de la dictadura con el Foro como instrumento operativo, jefatura de Cuba, del poder económico de Venezuela y de Brasil.
Lula destrozó la institucionalidad de política exterior de Brasil para someterla a Cuba, crear y promover el castrochavismo.
Formó parte del control de la Organización de Estados Americanos con la gestión de Insulza que ignoró y violó la Carta Democrática Interamericana y copó posiciones en la Comisión Interamericana y la Corte Interamericana de Derechos Humanos con activistas de reconocida militancia.
Con la abierta operación de Marco Aurelio García, a quien Lula nombró «Asesor de Asuntos Exteriores del presidente de Brasil» y que se mantuvo en el cargo hasta la destitución de Dilma Rousseff en 2016, el poder de Brasil se impuso para la dictadura de Cuba, la instauración de dictadura en Venezuela, el derrocamiento de presidentes democráticos, la instalación de las dictaduras de Morales en Bolivia, Correa en Ecuador, Ortega en Nicaragua, y más.
Lula entregó el Brasil a Cuba para la trata de personas y esclavismo con la contratación de médicos y personal, cuyos sueldos que benefician a la dictadura.
Estos crímenes están probados con juicios en curso. Las dictaduras de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua repiten estos delitos, igual que los gobiernos de Fernández/Kirchner en Argentina y López Obrador en México.
Lula es responsable de la corrupción internacional más grande de la historia de las Américas, el «Lava Jato».
Crímenes con dinero de Brasil para créditos a países para obras con empresas brasileras, proyectos de impacto del castrochavismo.
Crímenes impunes porque las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua siguen encubriendo esta corrupción, como el caso de la construcción del Puerto del Mariel en Cuba por casi tres veces más del precio ya pactado con otra empresa, o las múltiples obras pagadas y nunca construidas en Venezuela y otros países.
En cuanto a la defensa de la Amazonía, Lula dejó muy clara su posición en Bolivia promocionando la construcción de una carretera para destrozar el Parque Nacional Tipnis, una reserva ecológica, para ampliar cultivos de coca ilegal base del narcoestado.
Triunfó la resistencia civil pero el ex ejecutivo de la constructora brasilera OAS declaró que «su empresa vino a Bolivia por gestión de Lula y con promesa de otro contrato».
Muertos Chávez y Castro, Lula es el jefe sobreviviente que sigue atacando la libertad y la democracia desde el crimen organizado.