El oro y la plata se desplomaron esta semana -tras una semana de consolidación- en un contexto de subida del dólar en las bolsas extranjeras. Como muestra el gráfico siguiente, la plata ha subido alrededor de un 6% desde el 1 de septiembre, mientras que el oro ha bajado alrededor de un 3%…
Pero como detalla Alasdair Macleod de GoldMoney.com a continuación, la plata está extremadamente sobrevendida en condiciones de iliquidez, ilustradas por nuestro siguiente gráfico.
El nivel de interés abierto es probablemente el mejor indicador del sentimiento del mercado. Con menos de 132.000 contratos, está tan sobrevendido como a principios de mayo de 2020, justo antes de que el precio se disparara desde menos de 15 dólares, duplicándose en sólo tres meses.
Al ser un mercado mucho más grande y líquido, la posición en el oro está menos obviamente sobrevendida, como sugiere nuestro siguiente gráfico.
No obstante, podemos ver que el interés abierto se niega a caer por debajo del nivel de 450.000 contratos, lo que sugiere que es muy probable que se produzca un repunte a partir de aquí, pudiendo alcanzar máximos históricos.
Esta resistencia de los precios se produce ante la gran debilidad del yen, el euro, la libra y el yuan. Se refleja en el índice ponderado por el comercio del dólar, que sigue avanzando. Sin duda, hay muy buenas razones para salir de las otras divisas y entrar en el dólar. Pero la condición de sobrecompra del dólar debe ser extrema, lo que lo expone a repentinos y bruscos ataques bajistas.
Junto con la posición de sobreventa del oro y la plata, sin duda reflejada en una serie de contratos de materias primas y energía, podemos ver cómo los operadores pueden llegar a estar muy equivocados.
Hay otros acontecimientos dignos de atención, esta vez en Rusia. Tras los referendos en Ucrania, la frontera rusa avanza hacia el oeste y, a falta de un alto el fuego, los ucranianos, apoyados por la OTAN, atacarán directamente a Rusia. Sería una escalada hacia un conflicto directo entre Rusia y la OTAN.
Probablemente, Putin espera que se produzca un incómodo alto el fuego. Mientras tanto, su atención parece estar ya volcada en los asuntos monetarios y financieros, centrados en el oro. Junto con las reservas del Banco Central ruso, se cree que el fondo estatal de Rusia y su Fondo Nacional de la Riqueza poseen unas 12.000 toneladas de oro.
Se han tomado medidas para “movilizar” el oro que no es de reserva. No se trata de una financiación de emergencia para la guerra, como piensan algunos comentaristas, sino más bien para poder incluirlo en las reservas del banco central. Rusia podría entonces declarar las mayores reservas de oro monetario del mundo.
Junto con el recientemente anunciado estándar de oro de Moscú y los planes para una nueva moneda de liquidación comercial que sustituya al dólar, el aumento de las reservas de oro proporcionará apoyo a un nuevo estándar de oro para el comercio transfronterizo.
Sustituiría los pagos a Rusia por energía en las débiles monedas asiáticas, y probablemente obligaría a China a declarar también sus verdaderas reservas de oro. Si éste es el plan de Putin, las consecuencias para las monedas fiduciarias occidentales serán probablemente devastadoras: sufrirían el equivalente financiero de un ataque nuclear.