Los padres están considerando mudarse a otros estados o educar en casa después de que sus exenciones médicas sean revocadas. Numerosos padres y estudiantes en California están angustiados debido a los mandatos de vacunación en las escuelas y su incapacidad para rechazar las inyecciones potencialmente peligrosas.
La doctora Mary Kelly Sutton es una doctora que, como muchos otros, cuestionó las políticas de vacunación obligatoria y, como consecuencia, fue castigada por las autoridades sanitarias estatales.
La doctora Sutton lleva 50 años prestando atención médica, pero el 8 de diciembre de 2021 se le retiró la licencia en California por haber firmado unas 1.000 exenciones médicas. Pidió que se reconsiderara, pero su licencia de California, donde llevaba 15 años ejerciendo, fue revocada de nuevo en marzo de ese mismo año. Sutton recurre ahora esa decisión ante el Tribunal Superior de Sacramento.
Sutton dijo a The Epoch Times:
“En lugar de los organismos sanitarios estatales debidamente autorizados, los funcionarios de la escuela han empezado a revocar las exenciones médicas. Según las familias que conozco, si las revocaciones de exenciones son emitidas por las agencias de salud apropiadas, las apelaciones son denegadas sin audiencias y las cuestiones de salud no son revisadas. Una apelación a una exención médica puede ser denegada electrónicamente a las dos horas de ser presentada.
Algunos solicitaron nuevas exenciones médicas a través del sistema estatal exclusivo CAIR (Registro de Inmunización de California), pero sus solicitudes fueron denegadas. No hay manera de saber cuántas solicitudes de niños han sido denegadas y las razones de la denegación desde que CAIR comenzó el 1 de enero de 2021 porque la información no se hace pública”
Además, aseguró que la mayoría de los médicos del estado sienten que no pueden hablar libre y abiertamente con sus pacientes sobre las exenciones de vacunas por temor a perder su licencia médica.
Como resultado, los padres que necesitan exenciones médicas no tienen a quién recurrir y los niños pierden la escuela y los amigos con los que han crecido.
“El CDC se ha negado repetidamente a estudiar la salud de los vacunados frente a los no vacunados, que es exactamente lo que los padres ven en sus propias familias. Los padres relatan historias de acoso sistematizado cuando tratan de proteger la salud y la vida de sus hijos”, dijo Sutton.
Esther y Samuel Mast, de Redding, California, son uno de esos padres: sus hijos no pueden ir a su escuela original debido a su rechazo a las nuevas vacunas.
“Las exenciones médicas [de nuestro médico] están siendo desestimadas. Nuestros hijos no pueden volver a la escuela este otoño y se les corta la financiación de la educación”, dijo Esther a The Epoch Times.
“Nuestra hija está terminando su primer año y tiene el corazón roto por dejar la escuela que ama y no poder graduarse con su clase del 23. También es duro para nuestro hijo de primer año, que tiene un grupo de amigos cercanos de los años de primaria y secundaria, no poder inscribirse en la escuela secundaria en la que la mayoría de ellos se están inscribiendo y, por supuesto, para nosotros como padres, tener que averiguar de repente las opciones de educación para nuestros hijos, es otro desafío lanzado a nosotros por los opresores dentro de nuestro gobierno.”
Hicieron hincapié en que ninguna de las respuestas dadas por los medios de comunicación o fuentes gubernamentales tiene sentido para ellos, y que sus derechos de privacidad fueron violados durante los tiempos caóticos que experimentaron recientemente.
Según The National Library of Medicine, el proyecto de ley 277 del Senado de California, promulgado en 2015, “eliminó las exenciones de vacunas no médicas para el ingreso a las escuelas públicas y privadas.”
“Nosotros, el pueblo, no podemos permitirnos seguir siendo llevados al ‘matadero’. Tenemos que entender lo que realmente está sucediendo, y defender la libertad antes de que sea demasiado tarde!”
“¡Los “señores” de las vacunas nos tratan como si fuéramos padres estúpidos y desinformados que no saben lo que es mejor para nuestras “posesiones” más valiosas! En lugar de eso, otra persona, un extraño, que no conoce ni quiere a nuestros hijos, está tomando las decisiones sobre su salud. Está claro que hay una agenda irracional en juego que no tiene nada que ver con la salud pública”, declaró Esther.
“Parece que de alguna manera hemos perdido la libertad de determinar lo que se puede meter en nuestro cuerpo y en el de nuestros hijos… y vacunar más a nuestros hijos en riesgo no es una opción para nosotros. Nos están quitando nuestras preciosas libertades. ¿Dónde acabará esto?”.
Charlene Díaz es la madre de una alumna de 8º grado, Faith Díaz, que ha estado asistiendo a la escuela con una exención médica. Recibió una carta de la escuela secundaria de su hija para el otoño de 2022 en la que se indicaba que no le darían un horario ni le permitirían asistir hasta que reciba las vacunas necesarias o una exención médica actualizada a través de la exención médica de CAIR.
“El médico de mi hija ya no escribe exenciones médicas por miedo a perder su licencia y no he encontrado otro médico que esté dispuesto a considerar siquiera escribir una exención médica actualizada”, dijo Díaz.
Faith ha recibido todas las vacunas infantiles excepto la Tdap. Díaz dice que su hija fue lesionada por la vacuna y, aunque ha avanzado mucho, sigue luchando con el TDA y actualmente está en un plan educativo de discapacidad 504 en su escuela.
“El estrés de esta situación no me deja dormir. Mi hija me ruega que no la saque de la escuela para educarla en casa. Tuvo enormes dificultades durante la enseñanza a distancia y el coste de contratar a un tutor durante ese tiempo fue extremadamente caro y agobiante para la familia.”
Kim Ford se enfrenta a una situación similar. Ella es entrenadora de fitness y nutrición y su marido es contratista general, y ninguno de los dos puede permitirse educar en casa.
Siente que tiene mucho que decir como “estadounidense, como madre, propietaria de un negocio, votante registrada y contribuyente”.
“Tengo dos hijos, uno de los cuales sigue en la escuela. Ambos asistieron al Distrito Escolar Unificado de Glendale. Mi hija está en la escuela primaria Abraham Lincoln y está a punto de graduarse en la escuela media Rosemont para el 7º grado. Ella tiene una exención médica, pero como todos sabemos, eso ya no se aplica. Ahora, para que pueda seguir asistiendo a la escuela, me veo obligada a vacunarla. En contra del consejo médico profesional del doctor. Ella tiene un defecto genético que la predispone a una reacción adversa a los adyuvantes contenidos en las vacunas, pero esto es ignorado por el CAIR y el distrito escolar”, dijo Ford a The Epoch Times.
Ford presentó su información solicitando exenciones médicas para sus hijos al CAIR y no ha visto ninguna respuesta por su parte después de más de dos meses, más tarde presentó un formulario por escrito también, pero no hubo respuesta igualmente.
“Así que estamos atrapados en el medio entre vernos obligados a llenar a nuestra hija de un veneno que sabemos que puede tener graves efectos perjudiciales para su salud, cerrar uno de nuestros negocios para educarla en casa o mudarnos fuera del estado”, dijo Ford.
“A medida que se acerca el otoño se nos acaba el tiempo y no sabemos qué hacer. Nos están acorralando. Acosados, en realidad. Obligados a someter a nuestra hija a un procedimiento médico que está contraindicado. Nuestra legislatura no está compuesta por médicos y los funcionarios elegidos no tienen derecho a imponer procedimientos médicos a la gente”.
El Dr. Sanjay Verma, cardiólogo que ejerce en Coachella Valley (California), declaró a The Epoch Times en relación con la vacunación infantil:
“Dado que la tasa de letalidad de la infección por SARS-CoV2 en la población pediátrica es <0,0018% y la tasa de hospitalización es <0,7%, debemos exigir primero que los funcionarios de Salud Pública demuestren inequívocamente que existe una “emergencia” en la población pediátrica que justifique las vacunas COVID obligatorias. La EUA se concedió en algunos de estos grupos de edad pediátricos utilizando datos de ensayos con un tamaño de muestra muy pequeño y un seguimiento a muy corto plazo. No disponemos de datos que comparen el grupo de control y el de intervención sobre posibles complicaciones a largo plazo (por ejemplo, enfermedades crónicas, autoinmunes). En el caso de los individuos de alto riesgo (por ejemplo, obesidad, problemas circulatorios congénitos, diabetes mellitus tipo I, inmunodeficiencia), animarles a vacunarse tiene una justificación clínica. Sin embargo, en el caso de los niños sanos con un IMC normal y sin problemas médicos, los beneficios pueden no compensar los riesgos. Necesitamos mejores datos con un tamaño de muestra mayor y un seguimiento más prolongado”.
