La nueva “Guerra contra el Terror” doméstica, iniciada por los disturbios del 6 de enero, ha llevado a varios gigantes de la web a desvelar los predecesores de lo que efectivamente podría convertirse en un sistema de crédito social blando a finales de esta década.
El sistema de crédito social de China es una combinación de vigilancia gubernamental y empresarial que otorga a los ciudadanos una “puntuación” que puede restringir la capacidad de las personas para realizar acciones -como comprar billetes de avión, adquirir propiedades o pedir préstamos- debido a su comportamiento. Dada la posición de varias grandes empresas estadounidenses, es posible que un sistema similar se instale próximamente.
La semana pasada, PayPal anunció una asociación con el izquierdista Southern Poverty Law Center para “investigar” el papel de los “supremacistas blancos” y los propagadores de la retórica “antigubernamental”, etiquetas subjetivas que podrían afectar a un gran número de grupos o personas que utilizan su servicio. La empresa afirma además que la información recopilada se compartirá con otras empresas financieras y políticos.
Facebook está adoptando medidas similares, introduciendo recientemente mensajes que piden a los usuarios que delaten a sus amigos potencialmente “extremistas”. Al mismo tiempo, Facebook y Microsoft están trabajando con otros gigantes de la web y con las Naciones Unidas en una base de datos para bloquear posibles contenidos extremistas.
Las acciones de estas grandes empresas pueden parecer lógicas en un Internet plagado de estafas y delitos. Después de todo, nadie defenderá a las milicias de extrema derecha o a los grupos de supremacía blanca que utilizan estas plataformas para sus odiosos objetivos. Sin embargo, el mismo problema con la censura gubernamental existe con la censura corporativa: Si hay una línea, ¿quién la traza?
Las implicaciones de estas medidas de represión serán mucho más amplias que la simple prohibición de que Donald Trump tuitee a las 3 de la madrugada. Los jóvenes no pueden funcionar eficazmente en la sociedad si se les bloquea el uso de Facebook, Twitter, Gmail, Uber, Amazon, PayPal, Venmo y otros sistemas de transacciones financieras.

Algunas plataformas bancarias ya han anunciado la prohibición de ciertas compras legales, como las armas de fuego. El aumento de estas restricciones, podría crear un sistema en el que los individuos que no tengan determinadas opiniones políticas podrían ser bloqueados de la sociedad.
El alcance potencial del sistema de crédito social blando en construcción es enorme. Las mismas empresas que pueden rastrear tus actividades y darte recompensas corporativas por un comportamiento conforme podrían utilizar sus poderes para bloquear transacciones, añadir recargos o restringir tu uso de productos.
Las huellas federales no están directamente en las acciones recientes – todavía. La creación de un “Dólar Digital” pondría un signo de exclamación en una nueva puntuación de crédito social.
Con el tiempo, las formas descentralizadas de dinero, como las criptodivisas como el Bitcoin, pueden ser el principal medio para que los disidentes operen – siempre y cuando el gobierno federal no se mueva para aplastarlos. Si la Reserva Federal y los miembros del Congreso son escépticos con respecto a las criptomonedas ahora, su uso por parte de indeseables políticos podría llevar a un esfuerzo furtivo para restringir o prohibir severamente estas monedas.
La semana pasada, el gobierno británico anunció su propia versión de un sistema de crédito social para la salud. El sistema de China se anunció hace sólo siete años. Teniendo en cuenta el crecimiento de los algoritmos y la dependencia de los gigantes tecnológicos, la capacidad de rastrear, censurar y eventualmente castigar a los ciudadanos de a pie será alucinante en 2030.
El descenso de Estados Unidos a una Edad Dorada del siglo XXI dirigida por los titanes de la tecnología no es algo inevitable. Sin embargo, ¿conoces a alguien que aceptaría un cupón del 5% de Amazon a cambio de una “llamada a la acción”? ¿O alguien que reemplazaría su foto de perfil de Facebook para evitar ser bloqueado?
La presión de los compañeros, los movimientos de moda y la posibilidad de cumplir con el nuevo sistema combinan todos los peores elementos de los estadounidenses que persiguen la dopamina. A medida que crece en amplitud y poder, lo más sorprendente de nuestro nuevo sistema de crédito social no será el miedo colectivo a él, sino la rapidez con la que la mayoría de la gente se alineará.