Gracias a la labor detectivesca del usuario de Twitter “Ehden”, el 27 de julio salieron a la luz los contratos secretos entre Pfizer, Albania y Brasil. El contenido confirma los peores temores: Precios desorbitados, acuerdos inmorales en detrimento de las respectivas poblaciones y cláusulas de confidencialidad de larga duración. El contrato albano ya fue desvelado por periodistas de investigación en enero de 2021, pero fue ignorado por los grandes medios de comunicación de todo el mundo.
- El fabricante no asume ninguna responsabilidad de los efectos
- Los costes y consecuencias de los litigios corren a cargo del contribuyente
- Los retrasos en la entrega no tienen consecuencias
- Se exceptúan las devoluciones y los reembolsos
- Las consecuencias a largo plazo, los efectos secundarios y las muertes son problema del contribuyente.
- Si no se concede la aprobación final, se excluye la compensación
- Las leyes nacionales no tienen sentido de facto para Pfizer
- Obligación de comprar, aunque existan alternativas
Los documentos brasileños provienen de un servidor oficial y su firma digital ha sido verificada. Así son los contratos entre el gigante farmacéutico Pfizer y las naciones del mundo. Visto con sobriedad para el inmenso perjuicio de la población.
La inmoralidad es evidente incluso para los profesionales del derecho. Se redistribuyeron sumas inimaginables de la riqueza nacional a una empresa privada en condiciones verdaderamente absurdas, de modo que uno casi se ve obligado a pensar en la corrupción al más alto nivel, en un gigantesco caso criminal.
Enormes diferencias de precio para las naciones compradoras
Se acordaron cláusulas de confidencialidad de 10 (Albania) a 30 años (Israel) para los contratos. Evidentemente, esto no ha funcionado del todo, y la información y los documentos no podrán ser eliminados de Internet, independientemente de la medida represiva que se utilice. Cabe suponer que los acuerdos con otros países sólo difieren en los detalles más pequeños, pero son básicamente idénticos.
El precio para Albania era de 12 dólares por dosis. Aunque varios estudios internacionales han subrayado que los precios de venta de los respectivos estados no varían, en la práctica son extremadamente diferentes.
Israel paga unos fantásticos 62 dólares por dosis, más de cinco veces más. El contribuyente estadounidense también se vio perjudicado, ya que se le cobró 19,50 dólares americanos por dosis. El precio para Austria o Alemania será muy interesante en el futuro, pero la compra ha sido hasta ahora uno de los secretos mejor guardados de estos nefastos acuerdos.

¿Impedir que se comercialicen productos de la competencia o medicamentos eficaces?
Especialmente infame es el fragmento en el que los compradores acuerdan que ningún otro medicamento o principio activo que pueda tratar o curar el Covid-19 puede modificar la situación contractual con Pfizer.
Los analistas internacionales interpretan este pasaje como una promesa de mantener fuera del mercado medicamentos y terapias efectivas, lo que explica las terribles campañas contra la ivermectina y otros medicamentos probados. Esta práctica puede haber costado la vida a cientos de miles de personas en todo el mundo.

Las leyes nacionales no tienen sentido
Se excluye específicamente la aplicación de las leyes locales. A cambio, el fabricante no tiene que entregar nada, ni siquiera a tiempo. El comprador, en cambio, tiene que hacerlo todo. Por ejemplo, tiene que defender al fabricante en todas las cuestiones de daños y otras contingencias legales e indemnizarlo sin límite. Esto comienza con los honorarios de los abogados y termina con todas las variantes imaginables de sanciones, reclamos u otros gastos financieros.
Si visitan el perfil del denunciante podrán detallar esta nefasta negociación por parte de la gran farmacéutica. Los medios se han encargado de censurar progresivamente la intención de Ehden por ayudar con su pequeño gran aporte por descubrir los planes de las elites.