A raíz de una orden judicial federal que bloquea temporalmente al Cuerpo de Marines de tomar medidas contra los miembros del servicio que buscan la exención religiosa al mandato de la vacuna, la rama, en una orientación publicada el 14 de septiembre, retrocedió discretamente algunas de sus sanciones contra los objetores religiosos a la vacuna.
Pero, según un abogado que lucha contra el mandato de la vacuna militar en otra demanda, la orientación hace lo mínimo en la aplicación de la orden judicial y no protege a los miembros del servicio de todas las consecuencias por negarse a la vacuna, tales como las retenciones de promoción y la negación de oportunidades para el despliegue en el extranjero.
La guía provisional afirma que:
“El Cuerpo de Marines no hará cumplir ninguna orden de aceptar la vacuna COVID-19, ni separará administrativamente, ni tomará represalias contra los Marines de la clase por hacer valer los derechos estatutarios bajo la Ley de Restauración de la Libertad Religiosa”.
También establece:
“Los comandantes deberán poner en pausa todas las acciones administrativas relacionadas con la separación involuntaria de un miembro de la clase, independientemente del estado actual del proceso de separación (por ejemplo, no se darán órdenes para recibir la vacuna, no se emitirán consejos por rechazar la vacuna, no se llevarán a cabo juntas administrativas de separación…”
La guía hacía referencia a la orden judicial temporal emitida el 18 de agosto por un tribunal federal de Florida que prohibía al Cuerpo de Marines castigar a los miembros cuyas solicitudes de adaptación religiosa habían sido denegadas.
Mike Berry, cuyo trabajo legal en el First Liberty Institute ayudó a conseguir una orden judicial preliminar a principios de enero que impidió que el Departamento de Defensa tomara cualquier medida contra un grupo de Navy SEALs que tienen objeciones religiosas al mandato de vacunación, dijo que la nueva orientación no iba lo suficientemente lejos en la observación de la orden judicial federal.
Por ejemplo, el párrafo 4.d. sigue previendo un retraso de hasta 12 meses en el ascenso para los que tienen un rango de soldado de primera clase a sargento. “Esto va directamente en contra de la orden judicial, ya que los ascensos se retrasan por negarse a recibir la vacuna COVID”, dijo Whitaker. “Esto es una represalia en mi opinión”.
Para Berry, “las retenciones de los ascensos indican que la [guía] simplemente está haciendo el mínimo de lo que exige la ley, es decir, que no serán castigados ni expulsados”. Por lo tanto, sigue habiendo consecuencias por negarse a recibir la vacuna.
Además, la guía afirma que “los comandantes pueden considerar el estado de vacunación al tomar decisiones de asignación, despliegue y otras decisiones operativas”. Y añade que “los marines que no estén totalmente vacunados no se considerarán aptos para el despliegue mundial y serán asignados o reasignados localmente”.
Según Berry, “esto no es más que otra forma de utilizar los auspicios de una decisión operativa o de una decisión de asignación para acabar con la carrera de alguien o, como mínimo, acortarla”.
Aunque los no vacunados no están siendo castigados o despedidos, dijo Berry, “al poner en su registro que no son desplegables en todo el mundo y sólo pueden ser asignados localmente, están esencialmente tomando medidas para eliminar al miembro del servicio.”
“Aunque no parezca que la intención sea encarrilar la carrera de un marine, sin duda tendrá ese efecto, y creo que esa ha sido la intención todo el tiempo”
Según Berry, “están buscando formas ingeniosas de utilizar lagunas y tecnicismos para forzar la salida de la gente”. Por ejemplo, ¿qué ocurre si un marine no puede ascender? preguntó. “Si no pueden ascender porque no tienen ningún despliegue u otras oportunidades de mejora de la carrera en el extranjero, la mayoría de la gente va a mostrarse voluntariamente a la puerta”.
El teniente coronel Madison Whitaker (un seudónimo), que ha servido casi 18 años en el Cuerpo de Marines, también expresó su decepción por el lenguaje de la guía provisional. Habló con The Epoch Times utilizando un seudónimo para proteger su identidad, por temor a represalias.
Whitaker dijo que un liderazgo fuerte está ausente en lo que describió como políticas de toma de decisiones “tiránicas”.
“Hace que uno se pregunte quién en el Pentágono y quién en la división de jueces defensores del Cuerpo de Marne está aconsejando a los líderes superiores que sigan emitiendo este tipo de lenguaje.En algún momento, tiene que haber un adulto en esa pequeña sala de asesores que esté dispuesto a asumir una pérdida y tratar de invertir el rumbo. Eso ayudaría sin duda al efecto devastador que la vacuna ha tenido en la retención y el reclutamiento”.
Whitaker dijo que “hay que hacer más para hacer retroceder”. Señaló una petición firmada por más de 6.000 personas que piden una investigación del Congreso sobre la aplicación del mandato de la vacuna por parte del Departamento de Defensa.
