Nuevos datos provenientes de Israel y el Reino Unido pintaron un panorama confuso y contradictorio el pasado jueves. El dilema surge en torno a la eficacia de la vacuna COVID-19 de Pfizer para combatir la variante Delta del coronavirus.
Las nuevas estadísticas del Ministerio de Sanidad indicaron que, por término medio, la inyección de Pfizer -la vacuna que se administra a casi todos los israelíes- es ahora sólo un 39% eficaz contra la infección, mientras que sólo es un 41% eficaz para prevenir el COVID sintomático. Anteriormente, la vacuna de Pfizer-BioNTech tenía una eficacia muy superior al 90% contra la infección.
Mientras tanto, un nuevo estudio británico publicado esta semana en The New England Journal of Medicine asegura que la misma vacuna es un 88% eficaz para prevenir el COVID sintomático, más del doble de la tasa encontrada en los datos israelíes.
Algunos analistas han advertido que las cifras sobre la eficacia de las vacunas son propensas a grandes inexactitudes debido a una serie de factores, entre los que se incluye la duda sobre si existen datos precisos sobre los niveles de infección entre los no vacunados, lo cual es vital para estas estadísticas.
Las estadísticas israelíes también parecen pintar un cuadro de protección que se debilita a medida que pasan los meses después de la vacunación, debido a la disminución de la inmunidad. Se dice que las personas vacunadas en enero sólo tienen ahora un 16% de protección contra la infección.

Los médicos señalan que estas cifras pueden reflejar no sólo el tiempo transcurrido desde la vacunación, sino también un sesgo según el cual quienes se vacunaron antes solían ser personas con problemas de salud y más propensas a la infección, como los ancianos.
En reacción a las cifras israelíes del jueves, el epidemiólogo Nadav Davidovitch, profesor de la Universidad Ben-Gurion y líder del sindicato de médicos de Israel subrayó que todas las cifras deben tratarse como preliminares dado el número relativamente pequeño de pacientes positivos por el momento. “Es bastante pronto para hacer comentarios, ya que el número de positivos es todavía bastante bajo”, dijo.
Habló después de que los ministros aprobaran el restablecimiento del Pase Verde, que limita la asistencia a grandes eventos a quienes estén vacunados, se hayan recuperado de COVID-19 o presenten un resultado negativo válido en las pruebas.
Las restricciones renovadas se aplicarán a los eventos interiores y exteriores con más de 100 participantes, a partir del 29 de julio. El requisito de presentar una prueba de vacunación, recuperación o un resultado negativo en las últimas 72 horas sólo se aplicará a los mayores de 12 años. Por debajo de esa edad, no habrá restricciones.
La decisión fue aprobada por el llamado gabinete de coronavirus, un foro ministerial de alto nivel encargado de dirigir la respuesta del gobierno a la pandemia. Todavía debe ser ratificada por el gobierno, y está previsto que se vote el domingo durante la reunión semanal del gabinete.
Mientras más recolectamos datos de diferentes partes del mundo, más nos queda claro que no hay información cierta sobre la eficacia de las vacunas. La información proporcionada varía de país a país, y hasta presenta cambios en el tiempo. ¿Cuál es la realidad? ¿A quién se le debe creer? ¿Cómo es posible que los datos en referencia a las vacunas sean tan inexactos?
No sorprende que frente a tantas interrogantes, personas en todo el mundo se nieguen a recibir la vacuna. Son tratamientos experimentales de los que poco se sabe, y con los que se ha censurado mucha información.