El pasado martes, diferentes medios de los gobiernos locales japoneses han encontrado materia extraña en cinco ampollas no utilizadas de la vacuna COVID-19 de Pfizer. El hallazgo se presentó en tres ciudades, dos cercanas a Tokio y una en la prefectura de Osaka.
Las ampollas contenían una materia blanca flotante y pertenecen al mismo lote, FF5357, según las autoridades de las ciudades de Sagamihara y Kamakura, ambas en la prefectura de Kanagawa y Sakai, en el oeste de Japón.
Las ciudades han pedido a Pfizer que analice las sustancias. Los contaminantes se descubrieron en tres centros de vacunación de Sagamihara entre el sábado y el martes, en uno de Kamakura el domingo y en otro de Sakai el martes.
Las tres ciudades dijeron que no utilizaron las dosis que contenían la materia extraña, mientras que siguieron administrando dosis con el mismo número de lote que se confirmó que no estaban contaminadas.

El mes pasado, el Ministerio de Sanidad suspendió el uso de alrededor de 1,63 millones de dosis de la vacuna COVID-19 de Moderna Inc. como medida de precaución tras el descubrimiento de sustancias extrañas en numerosas ampollas.
Hasta el momento, no han reportado víctimas, mucho menos algún llamado a los vacunados para hacer un chequeo general para asegura que todo este bien. El largo brazo de influencia de Big Pharma se asegurará de que esto no se sepa, pero los medios que batallan por demostrar la verdad no los dejaran salirse con su cometido.