Tamara Lich, una de las organizadoras del Convoy de Camioneros de Ottawa, también conocido como Convoy de la Libertad, fue encontrada muerta en su celda en Ottawa por un aparente estrangulamiento el miércoles, justo después de la medianoche.
Fuentes cercanas al lugar de los hechos afirman que Lich no era una suicida, y que su muerte fue “sospechosa”, hablando bajo condición de anonimato, debido al riesgo de ser blanco del régimen autoritario de Trudeau.
Tamara Lich fue detenida el pasado jueves acusada de asesoramiento para cometer un delito. Tras una infructuosa audiencia de fianza el sábado, se le denegó oficialmente la fianza el martes. Lich se enfrentaba a muchos años de cárcel por organizar y distribuir fondos para el Convoy de la Libertad, y tenía miedo de ir a prisión.
Lich tiene prohibido acceder a sus cuentas bancarias después de que fueran congeladas por los secuaces de Trudeau, que buscan silenciar la disidencia política.
El periodista Avi Yemini, de Rebel News, señaló el evidente conflicto de intereses entre el juez que denegó la fianza a Lich y el gobierno de Trudeau. El juez era un antiguo candidato liberal, incluso respaldado por el Querido Líder Justin Trudeau. En respuesta, Yemini tuiteó: “Canadá ha caído demasiado lejos” en mayúsculas.
Alex Jones criticó a Justin Trudeau por declarar a Canadá una dictadura, citando los vínculos de Trudeau con Klaus Schwab y Bill Gates. Trudeau ha estado confiscando las cuentas bancarias de la gente a su antojo, secuestrando a los hijos de la gente, matando a las mascotas de la gente, y presionando para que tomen medicamentos experimentales que no quieren o necesitan.
La familia de Lich exige una investigación exhaustiva y cree que puede haber habido juego sucio.