La revista Time realizó un reportaje acerca de un complot para darle la victoria a Biden, en dónde de narra que personas poderosas, actividad y corporación se unieron en un plan a las sombras para cambiar las leyes electorales, entre otras actividades para asegurar la victoria de Joe Biden.
Time es un revista americana totalmente pro-Biden y ha reconocido el complot secreto para amañar las elecciones y dar la victoria al candidato demócrata. Sin ningún tipo de censura y con total descaro, han titulado su reportaje como “La historia secreta de la campaña en las sombras que salvó las elecciones de EEUU”. En él admiten que hubo una manipulación, tratando de justificarla como un bien mayor para la nación y por la defensa de las elecciones, los mismos que tachaban de teoría de conspiración todo lo que hablara del fraude lo admiten públicamente.
El reportaje revela que cientos de importantes empresas estadounidenses, junto con políticos conservadores y personas influyentes de izquierda se aliaron en contra Donald Trump. “Todo fue muy, muy extraño”, dijo el expresidente republicano el 2 de diciembre. “A los pocos días de las elecciones, fuimos testigos de un esfuerzo orquestado para ungir al ganador, incluso cuando todavía se estaban contando muchos estados clave. En cierto modo, Trump tenía razón”, expresa uno de los párrafos.
Trump sabía que algo no estaba bien, sin embargo a pesar de las continúas denuncias tenía una coalición completa en su contra. Pero esto no es lo más impactante que dice el artículo sino lo que viene a continuación.
El Time asume con mucho orgullo que se perpetró esta conspiración por el bien de la nación. Gente poderosa y corporaciones de la élite estadounidense hicieron el plan dirigiendo a los medios de comunicación, influyendo en la opinión pública y cambiando las reglas y leyes electorales para así salvar la democracia americana. Todo fue fruto de un pacto entre los activistas de izquierda y las grandes empresas:
“Se estaba desarrollando una conspiración entre bastidores, que redujo las protestas y coordinó la resistencia de los directores ejecutivos. Ambas sorpresas fueron el resultado de una alianza informal entre activistas de izquierda y titanes empresariales. El pacto se formalizó en una declaración conjunta concisa y poco notoria de la Cámara de Comercio de Estados Unidos y la AFL-CIO publicada el día de las elecciones. Ambas partes llegarían a verlo como una especie de negociación implícita, inspirada por las masivas, a veces destructivas protestas por la justicia racial del verano, en la que las fuerzas laborales se unieron con las fuerzas del capital para mantener la paz y oponerse al asalto de Trump a la democracia”.
Además confirma que la ilusión de victoria de Biden “fue un extraordinario esfuerzo en la sombra de los activistas de izquierdas con el apoyo de las empresas”. En dónde “Consiguieron que los estados cambiaran los sistemas de votación y las leyes electorales. Así ayudaron a asegurar cientos de millones en fondos públicos y privados. Se defendieron de las demandas por supresión de votantes, reclutaron ejércitos de trabajadores electorales y consiguieron que millones de personas votaran por correo por primera vez”.
En los párrafos siguientes se insiste nuevamente en que todo lo que se hizo fue para salvar la Democracia. ¿Se roban las elecciones pero están salvando la Democracia? Creo que hay un error lógico por allí. Pero lo que si es cierto es que este artículo le da la razón al equipo legal de Trump, junto al arsenal de pruebas presentadas por Rudy Giualiani y Jenna Ellis, en las diferentes audiencias celebradas en los cinco estados del campo de batalla. En todos ellos se paralizó el conteo en mitad de la noche de forma simultanea y más de 1.000 testigos bajo pena de cárcel juraron en sus testimonios que vieron fraude, todas estas pruebas totalmente ignoradas por la Corte Suprema h los tribunales menores.
Cómo si esto fuera poco en los siguientes párrafos dan detalles de cómo se planificó y se concretó todo para robarle la Victoria a Trump en las elecciones del 2020. “Esta es la historia interna de la conspiración para salvar las elecciones de 2020, basada en el acceso al funcionamiento interno del grupo, documentos nunca antes vistos y entrevistas con docenas de personas involucradas de todo el espectro político. Es la historia de una campaña creativa, decidida y sin precedentes cuyo éxito también revela lo cerca que estuvo la nación del desastre”, aseveran.
Entre los detalles que sostienen es que el arquitecto de todo esto fue Mike Podhorzer, quien se convenció de que las elecciones se dirigían al desastre y decidió protegerlas.
El artículo dice que Podhorzer: “Pasó meses reflexionando sobre escenarios y hablando con expertos. No fue difícil encontrar liberales que vieran a Trump como un dictador peligroso, pero Podhorzer tuvo cuidado de mantenerse alejado de la histeria. Lo que quería saber no era cómo estaba muriendo la democracia estadounidense, sino cómo podría mantenerse viva. La principal diferencia entre Estados Unidos y los países que perdieron el control de la democracia, concluyó, fue que el sistema electoral descentralizado de Estados Unidos no podía manipularse de una sola vez. Eso presentó una oportunidad para apuntalarlo”.
Más adelante en el artículo se menciona a Laura Quinn, una operativa progresista veterana que cofundó Catalist, comenzó a estudiar este problema hace unos años. Ella se encargó de censurar la información, ¿Cómo lo hizo?
“En noviembre de 2019, Mark Zuckerberg invitó a nueve líderes de derechos civiles a cenar en su casa, donde le advirtieron sobre el peligro de las falsedades relacionadas con las elecciones que ya se estaban extendiendo sin control. “Fue necesario presionar, instar, conversar, intercambiar ideas, todo eso para llegar a un punto en el que terminamos con reglas y aplicación más rigurosas”, dice Vanita Gupta, presidenta y directora ejecutiva de la Conferencia de Liderazgo en Derechos Civiles y Humanos, que asistió la cena y también se reunió con el CEO de Twitter, Jack Dorsey, y otros. (Gupta ha sido nominado como Fiscal General Adjunto por el presidente Biden). “Fue una lucha, pero llegamos al punto en que entendieron el problema. ¿Fue suficiente? Probablemente no. ¿Fue más tarde de lo que queríamos? Si”. Así lo describe la revista Time.
Por último, justifican el comportamiento delictivo de los participantes en la trama, porque ellos mismos quieren que se de a conocer “la historia secreta” de las elecciones de 2020. Y concluyen: “Aunque suene como un sueño febril paranoico: una camarilla bien financiada de personas poderosas, que abarcan industrias e ideologías, trabajaron juntas detrás de escena para influir en las percepciones y cambiar las reglas y las leyes. Al dirigir la cobertura de los medios y controlar el flujo de información, no estaban manipulando las elecciones; la estaban fortaleciendo. Y creen que el público debe comprender la fragilidad del sistema para garantizar que la democracia en Estados Unidos perdure”. O lo que es lo mismo, para defender la democracia dieron un golpe contra ella por detrás.
Fuentes: Revista Time ; Libertad Digital
Esta publicación puede ser un arma de doble filo, no creo que ellos sean tan tontos. Hay que mirarlo por todos lados
Gracias muy Bueno el reportaje