Un documento publicado por el Banco Central Europeo (BCE) analiza diversas condiciones para el éxito de la implantación de las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC), como el propio euro digital de la eurozona. Los autores también señalan diferentes riesgos que conllevan estos proyectos, como el peligro de desplazar al sector privado.
BCE: El euro digital debe utilizarse ampliamente para los pagos, no para la inversión
Para crear un CBDC con éxito, una autoridad monetaria necesita establecer la moneda digital como un medio de pago e intercambio generalizado que también tenga una función de depósito de valor suficiente, según el documento publicado por el Banco Central Europeo. Al mismo tiempo, los bancos centrales deben garantizar que monedas como el euro digital no se conviertan en un medio de inversión importante, que desplacen a las soluciones de pago privadas o que socaven la función de intermediación del sector bancario.

El documento, publicado esta semana, está redactado por tres altos funcionarios del BCE: Fabio Panetta, Ulrich Bindseil e Ignacio Terol. Enumeran los factores clave para el éxito de los CBDC y ofrecen sus opiniones expertas sobre cómo evitar los riesgos asociados a las versiones digitales de las monedas fiduciarias que docenas de países de todo el mundo, incluidas las principales economías, están explorando o desarrollando actualmente.
El documento identifica tres condiciones para el éxito de la implantación de una CBDC. La primera es la “aceptación por parte de los comerciantes”, que debe ser amplia, lo que significa que los usuarios deben poder pagar digitalmente en cualquier lugar. A diferencia del efectivo en papel, es probable que una moneda digital conlleve comisiones por cada transacción y requiera dispositivos específicos para procesar los pagos. También hay otras diferencias, a pesar de que ambas formas de dinero tienen curso legal.
El BCE lo explica:
El dinero en efectivo es poco práctico en el comercio electrónico, mientras que hacer que el CBDC tenga curso legal puede requerir excepciones para los comerciantes que no tienen el dispositivo necesario para aceptar pagos no en efectivo.
El segundo factor de éxito se ha definido como “distribución eficiente“. Los responsables del BCE citan un informe del Eurosistema, según el cual el euro digital debe ser distribuido por intermediarios supervisados, como bancos y proveedores de pagos regulados. Para fomentar la distribución de la moneda digital del banco central, se podrán pagar incentivos a los intermediarios supervisados. El documento divide los servicios de intermediación en dos categorías: servicios de incorporación y financiación -que incluirían las operaciones necesarias para abrir, gestionar y cerrar una cuenta de CBDC- y servicios de pago.
La “demanda de los consumidores” es la tercera condición para el éxito, que se refiere a la posibilidad de utilizar el CBDC para “pagar en cualquier lugar, pagar con seguridad y pagar en privado”, subraya el documento.
El miembro del Comité Ejecutivo del BCE Fabio Panetta y sus colegas creen que los residentes de la zona del euro pueden estar motivados por la opción de utilizar el euro digital en los pagos entre particulares (P2P) más allá del alcance de las soluciones privadas existentes.
La privacidad puede ser otro factor de motivación, dicen, señalando que los bancos centrales podrían utilizar técnicas de mejora de la privacidad sin dejar de cumplir la normativa contra el blanqueo de capitales. A pesar de las protestas contra el euro digital sobre todo en ese aspecto, los tres expertos insisten:
Como instituciones públicas e independientes, los bancos centrales no tienen ningún interés en monetizar los datos de pago de los usuarios. Sólo procesarían esos datos en la medida necesaria para el desempeño de sus funciones y respetando plenamente los objetivos de interés público y la legislación.
El documento propone medidas para prevenir los riesgos de las CBDC
El documento del BCE analiza también algunos de los riesgos asociados a las monedas digitales de los bancos centrales, como la posesión excesiva de CBDC. Sugiere una serie de medidas para evitar un flujo de fondos excesivo, permanente o temporal, hacia una moneda digital del banco central, incluida la introducción de una convertibilidad limitada que podría poner fin a la posible salida de depósitos bancarios hacia una CBDC. El establecimiento de límites per cápita con un tope en la cantidad de CBDC que cada individuo podría tener podría servir como otra barrera.
El documento presta atención a la preocupación de que la emisión de una CBDC pueda desencadenar un proceso de desintermediación bancaria y desplazar las soluciones de pago que actualmente ofrece el sector privado. Para evitar este efecto negativo, es crucial encontrar un ámbito funcional adecuado.
No debe ser ni demasiado amplio, desplazando las soluciones del sector privado, ni demasiado estrecho, limitando el uso de la moneda digital del banco central. Esto podría ser un reto para el sector financiero, advierten los representantes del BCE.
Los autores del documento concluyen que, si bien los CBDC tienen claros méritos y los bancos centrales deben seguir las tendencias de los pagos y la tecnología para seguir cumpliendo su tarea de servir tanto a los ciudadanos como a las empresas, todavía tienen que abordar muchas cuestiones relativas al diseño de una moneda como el euro digital. Además del ámbito funcional, se requiere un modelo de negocio y unos controles adecuados para satisfacer las demandas y garantizar un uso sólido de la CBDC, subrayan.