A medida que un coro creciente de científicos y activistas cuestiona el impulso de la Administración Biden para extender las vacunas de refuerzo a los estadounidenses tan pronto como sea posible, se acaban de publicar más investigaciones que sugieren que las vacunas de refuerzo simplemente no son necesarias para la mayoría de las personas, especialmente aquellas que ya han sido vacunadas una vez.
La conclusión se desprende de un informe que cita las opiniones de un grupo de científicos de todo el mundo, publicado en la revista Lancet. Sería mejor que los gobiernos se centraran en inmunizar a los no vacunados y que esperaran a tener más datos. Es más, aún no está claro qué dosis serían más eficaces, según los autores, un grupo que incluye a dos destacados expertos de la FDA de EE.UU.
Las acciones de Moderna, Pfizer y BioNTech cotizaron a la baja al conocerse la noticia, ya que los refuerzos son la clave de su negocio anual de “vaca lechera”.
La evaluación de los científicos se basó en una amplia gama de estudios observacionales en el mundo real, así como en datos de ensayos clínicos anteriores a la aprobación de las vacunas. “Ninguno de los estudios ha aportado pruebas creíbles de una protección sustancialmente menor contra las enfermedades graves”, escribieron los autores.
Los científicos de la FDA implicados fueron Marion Gruber, que dirige la Oficina de Investigación y Revisión de Vacunas de la FDA, y su adjunto Philip Krause. Ambos anunciaron recientemente sus planes de dimitir a finales de este año. Ahora está bastante claro que quizás lo hagan para oponerse a la implantación del jabón de refuerzo.
La OMS ha instado a que no se generalice el uso de refuerzos, afirmando que tendría más sentido desde el punto de vista de la salud pública centrarse en la inmunización de aquellos que aún no han recibido ninguna vacuna, ya sea por el sentimiento antivacunas en países con amplias reservas o porque viven en lugares con poco acceso a las vacunas.
Es más, los refuerzos podrían provocar efectos secundarios aún más perjudiciales en la población, un fenómeno que no se conoce bien, incluso cuando los casos de inflamación del corazón se han relacionado cada vez más con las vacunas de ARNm.
Como si no fuese suficiente el atropello de los derechos que representa el querer obligar a los ciudadanos a vacunarse, el insistir en una dosis de refuerzo sólo incrementa el riesgo de complicaciones causadas por las vacunas. Afortunadamente, científicos y expertos de todo el mundo han comenzado a decir ¡ya basta!